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Semilla Negra – Programa 33: África, Sociedad Ilimitada

Semilla Negra – Programa 33: África, Sociedad Ilimitada

Carlos Fuentes

Periodista especializado en músicas de África

Cuando se cumplen cuarenta años de The rise and fall of Ziggy Stardust and the spiders from Mars, el influyente disco que David Bowie editó en 1972, vuelve a la memoria aquella leyenda apócrifa que atribuye al cantante británico una frase descomunal: “El rock ha muerto”. Ni tanto ni tan poco, por mucho que antes lo hubieran afirmado The Who y fuera cantado después por, entre otros, Marilyn Manson o Courtney Love. Porque el rock goza de buena salud y, en mil piruetas, sigue en proceso de reinvención con el aporte, entre otras cosas, de influencias sonoras étnicas. En esta evolución, las músicas originarias de África han jugado un papel fundamental. En capítulos anteriores de Semilla Negra, el programa musical de Casa África, ya repasamos algunas asociaciones interesantes entre los ritmos occidentales y los sonidos étnicos. Hoy vamos a profundizar en una vía que parece, y eso esperamos, no tener fin. África, Sociedad Ilimitada sigue dibujando una hoja de ruta por las amistades entre África y el mundo.

Arnaldo Antunes, Toumani Diabaté y Edgard Escandurra, fotografiados por Malick Sidibé.
Arnaldo Antunes, Toumani Diabaté y Edgard Escandurra, fotografiados por Malick Sidibé.

Quizá la alianza más famosa entre músicos occidentales de rock y artistas de África sea Continental drift, la poderosa canción que The Rolling Stones incluyó en el disco Steel wheels (1989). Un ejercicio de recuperación de la experiencia marroquí de los Stones, quienes en los años sesenta frecuentaron el ambiente libertino en el Tánger internacional. Porque Continental drift es una suerte de  homenaje del grupo británico al empeño que su exmiembro Brian Jones había puesto dos décadas antes para añadir aromas magrebíes al rock stoniano con la participación de un conjunto legendario, The Masters Musicians of Jajouka. Descubierto por el escritor Paul Bowles, los músicos de la aldea montañosa de Jajouka insuflaron aires épicos, pero ¿quiénes son los músicos de Jajouka?

Liderado desde su fundación en 1950 por Hadj Abdesalam Attar, The Masters Musicians of Jajouka son los depositarios de varios siglos de tradición oral en la zona montañosa del Rif. Hasta ese lugar agreste se desplazó Brian Jones para comprobar si era cierto lo que Paul Bowles contaba sobre unos músicos que se pasaban las noches haciendo música en estado de efervescencia total, debido en gran parte a los efectos del kif, derivado local del hachís que consumen los magrebíes. Con la muerte de Brian Jones, la música de Jajouka cayó en cierto olvido pese a que en 1971 se publicó el disco Brian Jones presents the pipes of pan at Joujouka. Tuvieron que pasar casi dos décadas para que su legado, por fin, fuera reivindicado por sus compañeros en The Rolling Stones. Ese resurgir permitió la refundación de The Masters Musicians of Jajouka, ya dirigidos por el hijo del músico fundador, Bachir Attar, que desde entonces han mantenido una presencia estable en los escenarios occidentales. En 2009, por ejemplo, fue el jazzman Ornette Coleman quien demandó al conjunto marroquí para compartir escenario con Patti Smith y Yoko Ono en el festival Meltdown de Londres.

Desde entonces, las colaboraciones entre músicos occidentales y africanos no han cesado de crecer. El penúltimo episodio está llamado a convertirse en una de las referencias discográficas de la presente temporada. A curva da cintura es el proyecto compartido por el tañedor de kora maliense Toumani Diabaté y los brasileños Arnaldo Antunes y Edgard Scandurra. Sobre las letras reflexivas de Arnaldo Antunes, quien además de cantante es poeta, el emperador de esa singular arpa africana llamada kora y el guitarrista paulista Edgard Scandurra han edificado quince canciones combinando piezas de tradición africana (Kaira) con nuevas composiciones brasileñas como Grão do chãos, Cê não vai me acompañar o Neblina de areia. También es reciente la asociación del baterista nigeriano Tony Allen con el cantante británico Damon Albarn (Blur, Gorillaz) y el bajista norteamericano Flea (Red Hot Chili Peppers) en el grupo Rocket Juice and The Moon. En su primer disco homónimo colaboran el veterano maliense Cheick Tidiane Seck y la diva americana del afro-soul Erykah Badu.

Flea, Tony Allen y Damon Albarn
Flea, Tony Allen y Damon Albarn

El recorrido de Semilla Negra por algunas de estas colaboraciones entre África, Europa y América incluye, también, el recomendable disco Descarga oriental, del influyente pianista de origen argelino Maurice El Médioni y el percusionista cubano Roberto Rodríguez, y dos nuevas piezas de AfroCubism, la alianza entre dos continentes en la que han participado los músicos africanos Toumani Diabaté, Bassekou Kouyaté, Djelimady Tounkara y Kasse Mady Diabaté con el grupo liderado por el cantante y tresero cubano Eliades Ochoa. En una clave algo más serena rescatamos el proyecto Toto-Bona-Lokua, en el que participan el congoleño Lokua Kanza y el bajista camerunés Richard Bona junto al francés Gerald Toto; la alianza entre el chelista francés Vincent Ségal y el tañedor de kora maliense Ballaké Sissoko, quien también participó con el pianista cubano Omar Sosa, en un proyecto interesante con el iraní Chemirami Trio. Y cerramos este ecuador tranquilo con dos duetos grabados por la caboverdiana Cesaria Évora junto al cantante italiano Adriano Celentano (Quel casinha) y al francés Bernard Lavilliers (Elle chante), ambos del disco Cesaria Evora & … (2011).

En el tramo final de Semilla Negra suenan dos versiones de U2 por el conjunto Sierra Leone´s Refugee All Stars (Seconds) y el batería Tony Allen (Where the streets have no name), dos recientes colaboraciones del grupo malí Tinariwen, el guitarrista de Wilco, Nels Cline, (Imidiwan ma tennam) y The Dirty Dozen Brass Band (Ya messinagh), otras tantas del senegalés Youssou N´Dour con la cantante Ayo y el grupo de reggae Morgan Heritage, el tema Earth intruders que la islandesa Björk grabó con los congoleños Konono Nº1 y, cerrando este círculo de alianzas ilimitadas entre artistas de África y el resto del mundo, el clásico Continental drift.

Y un regalo final, la interpretación que el guineano Mory Kanté realizó de Yeke Yeke en el festival de jazz de Montreux 2006 junto al guitarrista Carlos Santana y al percusionista cubano Armando Peraza.

Carlos Fuentes es el autor de Semilla Negra. Periodista y crítico musical, durante las últimas dos décadas ha publicado artículos, entrevistas y reportajes sobre las músicas africanas en periódicos nacionales y en revistas especializadas como Rockdelux o Serie B.

[box type=”info”]Recuerda que puedes leer y escuchar todos los programas de Semilla Negra publicados hasta ahora desde este enlace.[/box]

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