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Tensión entre las organizaciones del Sahel: la Alianza de Estados del Sahel y la Comunidad Económica de Estados de África Occidental

Tensión entre las organizaciones del Sahel: la Alianza de Estados del Sahel y la Comunidad Económica de Estados de África Occidental
Alliance of Sahel States. Imagen: © Lukt64 en Wikimedia Commons

Las organizaciones internacionales son uno de los pilares en los que se basa el sistema que tenemos hoy en día. No solo se orientan hacia objetivos comunes, sino que también interactúan entre ellas. En el caso del continente africano, existen multitud de organizaciones de cooperación que tratan de aumentar la cooperación entre regiones enormemente extensas. En el caso del Sahel, ha sido muy llamativo el cambio entre organizaciones. En septiembre de 2024, la Alianza de Estados del Sahel cumplirá un año; desde entonces, la cooperación e integración entre los países miembros no ha hecho más que aumentar. Poco después de su creación, Mali, Níger y Burkina Faso anunciaron que abandonaban la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO). Esta organización lanzó la amenaza de una intervención en Níger para restituir al presidente Bazoum, pero al final esta no se realizó. Esto ha provocado un gran descrédito a nivel internacional y dentro de la propia organización. La CEDEAO había sido el organismo que más había presionado a las juntas militares del Sahel para que adoptaran un calendario de transición, llegando a poner duras sanciones. Sin embargo, el hecho de que no se produjese la intervención hizo que las juntas militares viesen que no era una posibilidad real, por ello hemos podido ver cómo la junta militar maliense alargaba su transición cinco años.

Actualmente, ambas organizaciones se encuentran en un momento de tensión y de reacomodación de sus relaciones. La Alianza de Estados del Sahel avanza rápidamente en su proceso de integración con el nacimiento de la llamada Confederación de la Alianza de Estados del Sahel en la que se incluyen cuestiones como la creación de un banco de inversiones y seguir trabajando en aumentar la cooperación bilateral. En la carta fundacional de la Confederación se señalaba a la CEDEAO como la responsable del desmoronamiento de los valores de la fraternidad, la solidaridad y la cooperación entre Estados”. La región de África Occidental posee retos y problemáticas comunes, como el caso de la inseguridad. Sin embargo, la CEDEAO adoptó una política de tolerancia cero a los golpes de Estado, mientras que la AES se ha mantenido alejada de la organización que ejerció presiones políticas y económicas sobre ella. Esta tendencia puede tener graves consecuencias a largo plazo porque, sin cooperación, las problemáticas que ya acucian a África Occidental podrían empeorar gravemente.

En este contexto, Senegal está jugando un papel significativo. El nuevo gobierno de Diomaye Faye ha establecido un acercamiento con los países de la Alianza. En mayo, el líder del ejecutivo senegalés iniciaba una gira por Mali y Burkina Faso. Faye ha pedido diálogo a ambas partes por la necesidad mutua de hacer frente a numerosos retos alegando que “Estoy convencido de que debemos seguir actuando en solidaridad dentro del espacio de la CEDEAO, hacer las reformas necesarias y trabajar para disipar los malentendidos que están obligados a surgir”.

El hecho de que Senegal tenga un gobierno de estas características específicas es conveniente para la situación actual. Se ha formado un ejecutivo que no estaba en el momento de la crisis de la intervención en Níger por parte de la CEDEAO, de la cual Senegal es un miembro destacado, por lo que no arrastra una imagen negativa ante los países de la alianza. Al mismo tiempo, el nuevo gobierno senegalés se define como panafricanista y el primer ministro Ousmane Sonko es especialmente crítico con Occidente, lo cual encaja en las narrativas de los países de la Alianza de Estados del Sahel. La CEDEAO es consciente de la ventajosa situación de Senegal y, por ello, la organización, en su 65ª sesión ordinaria, nombraba al presidente senegalés como mediador. Esto puede ser enormemente beneficioso para Senegal a nivel estratégico, ya que las problemáticas en el Sahel influyen directamente en el país, por lo que no pueden dejar de cooperar con los países de la AES. En segundo lugar, colocarse en una posición de mediador otorga una enorme capacidad de influencia y prestigio a nivel internacional.

A pesar de los intentos de acercamiento, también han surgido conflictos entre países de la CEDEAO y la AES. Estas tensiones se han dado durante años, como en el caso de Mali y Costa de Marfil en 2022, cuando las autoridades malienses arrestaron a 49 personas acusadas de ser mercenarios que buscaban desestabilizar el país.

A día de hoy, la tensión más llamativa es la que se da entre Benín y Níger. Uno de los retos a los que se enfrenta la AES es que no posee salida al mar, por lo cual deben llegar a acuerdos con terceros. En el caso de Níger, antes del golpe de Estado, la mayor parte de sus importaciones pasaban a través del puerto de Cotonú, en Benín. Las tensiones comenzaron con el golpe de Estado en Níger en el que el gobierno beninés exigió la restitución del presidente Bazoum. En respuesta a estas declaraciones, la junta de Níger cerró sus fronteras y buscó rutas alternativas a través de Burkina Faso, pero no eran tan aconsejables debido a la presencia de grupos armados. El cierre de las fronteras permaneció a pesar del levantamiento de las sanciones por parte de la CEDEAO y, en consecuencia, Benín negó la entrada de barcos que transportan petróleo nigerino a los puertos de su país. Esto suponía la pérdida de 90 000 barriles al día que tenían a China como uno de sus principales destinatarios, que no dudó en tratar de mediar en la situación. El gobierno de Pekín está haciendo sólidas inversiones en Níger. Posteriormente, Benín levantó el embargo de envíos, pero la crisis no finalizó en este punto. En junio de 2024, Benín detuvo a cinco ciudadanos nigerianos acusados de querer entrar en el puerto de Seme acusando a Níger de enviar espías. En ese mismo mes, el oleoducto sufría un ataque por parte del Frente Patriótico para la Liberación, un grupo armado que se formó tras el golpe de Estado en Níger y que actúa contra la actual junta militar. En respuesta, la junta militar nigerina cerró el oleoducto. La situación continúa en tensión mientras el oleoducto es objetivo de ataques de grupos armados.

La región del Sahel está siendo testigo de importantes cambios políticos y la tendencia es que esta dinámica se encuentre en auge. Las juntas militares están ampliando los periodos de transición, por lo que la vuelta a un gobierno civil tiene una fecha cada vez más incierta. Las dos principales organizaciones de la región atraviesan un momento de tensión debido a las acciones realizadas durante el último año.

Artículo redactado por Andrea Chamorro González.

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