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África y sus infraestructuras. Un breve análisis

África y sus infraestructuras. Un breve análisis

Rafael Gómez-Jordana Moya

Especialista en servicios financieros y relaciones institucionales

“No ha sido nuestra riqueza la que ha construido nuestras carreteras, sino nuestras carreteras las que han construido nuestra riqueza”. John F. Kennedy

Por Rafael Gómez-Jordana Moya. Resumen.

Las consecuencias económicas de la crisis del COVID conducen al continente africano a revisar sus prioridades, especialmente en materia de infraestructuras.

En un primer informe sobre las perspectivas económicas mundiales para 2021, publicado el 5 de enero, el Banco Mundial pronosticó una lenta recuperación para África subsahariana con una tasa de crecimiento del 2,7 % para el año. Esta cifra está por debajo de la previsión inicial de junio de 2020 de 3,1 % para 2021.

En este contexto, la necesidad de financiar el desarrollo, especialmente las infraestructuras, en África es más acuciante que nunca. El continente adolece de una flagrante falta de infraestructuras, sin embargo, estas permiten tanto el desarrollo de la actividad económica (la falta de electricidad provocaría una pérdida de 2 a 4 puntos de crecimiento al año según el BM) como el acceso a las necesidades esenciales (340 millones de personas no tienen acceso al agua potable y 640 millones viven sin electricidad).

Las infraestructuras son la columna vertebral de la movilidad y de otros servicios críticos.

“C’est pourquoi en Afrique, on ne dit pas : “C’est à combien de kilomètres ?” mais plutôt : « Il faut combien de temps ? » (Ryszard Kapuscinski : Ebano)

(“Es por lo que en África nunca se dice “¿a cuántos kilómetros estamos?”, sino más bien “¿cuánto tiempo nos queda?”.). En relación con el estado de las carreteras.

El fomento de las infraestructuras en África es, sin duda, una base para el progreso económico y la prosperidad de los pueblos africanos. Está en el origen de una mejora significativa del nivel de desarrollo humano y de las condiciones de vida, de la reducción de la pobreza y de la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Baste señalar que la inversión en infraestructuras ha contribuido a más de la mitad del impulso del crecimiento económico en África en los últimos años, y podría seguir alimentando este impulso.

Haciendo un poco de historia, lo primero que hay que destacar es que el desarrollo de las infraestructuras africanas se estancó considerablemente a partir de los años 60, 70 y 80. Haciendo una comparación con los países asiáticos, África disponía por aquellos años de un parque de infraestructuras muy similar (incluso superior en algunos sectores, como el energético) al de Asia del Sur y Asia del Este, tanto en carreteras como en telefonía y energía. Hoy los países de estas zonas de Asia están muy por delante de los africanos. El PIB medio per cápita de África no era muy diferente al de otras regiones, incluso superior al de los países de Asia oriental y Asia central. Fue entre 1975 y 1995 cuando se produjo un importante estancamiento, y en 1995 el mencionado PIB era ya casi un 20 % inferior a su nivel veinte años antes, en 1975, muy al contrario de lo que ocurría en los países asiáticos.

La causa principal de esta involución se debió a la forma como se ejerció el poder en la mayoría de los países de África y a los conflictos que se derivaron por la lucha del control en esos países y cuyos resultados han sido tremendamente perjudiciales para la evolución de sus economías.[1]

Situación países índices AIDI 2020[2] en infraestructuras

Los diez países con mejores resultados en el índice general del AIDI 2020 (que incluye transporte, electricidad, TIC, agua y saneamiento) son, por este orden, Seychelles, Egipto, Libia, Sudáfrica, Mauricio, Túnez, Marruecos, Argelia, Cabo Verde y Botsuana.

Los diez países con peores resultados en el índice AIDI 2020 se mantienen sin cambios. En este grupo de países que ocupan los últimos puestos de la clasificación, el desarrollo de los distintos sectores de infraestructuras sigue siendo relativamente lento. Han logrado un progreso marginal de menos de un punto en cuanto a su índice de desarrollo de infraestructuras, con la excepción de Somalia (+1,17) y Sierra Leona (+1,57). La mayoría de estos países son estados de transición o postconflicto. Se trata de la República Centroafricana, Sierra Leona, Madagascar, Chad, la República Democrática del Congo, Eritrea, Etiopía, Níger, Sudán del Sur y Somalia.

En 2050, África albergará a 2500 millones de personas, casi el doble que en la actualidad. Ante esta formidable transformación, el continente necesita urgentemente acelerar el suministro de infraestructuras -como carreteras, puentes, energía, agua y banda ancha-, garantizando al mismo tiempo su calidad. Habrá unas 120 ciudades de más de un millón de habitantes, incluidas varias megaciudades y un número significativo de otras ciudades muy grandes, aunque dos tercios de la transición urbana tendrán lugar en ciudades intermedias más pequeñas, junto con nuevos tipos de aglomeraciones rurales. Serán necesarios nuevos modelos de desarrollo de infraestructuras en África en la medida en que la demografía transforme su geografía económica.

En 2030, la población urbana en África superará a la rural. WILLIAM DAVIES GETTY

La realidad hoy es adversa y parte de culpa de ello la tiene esta pandemia, que va a frenar de alguna manera el desarrollo y la financiación de las infraestructuras en el continente y la explicación se debe principalmente a varias causas, que son:

  • Una mayor aversión al riesgo de los inversores privados que probablemente provoque la salida de capitales del continente.
  • Las finanzas públicas de los distintos países están actualmente sometidas a fuertes presiones dado que las autoridades se centran más en remediar las consecuencias sociales, así como las repercusiones económicas provocadas por la crisis sanitaria, y tienden pues a establecer políticas enfocadas a mitigar sus efectos.
  • Todo ello indudablemente provocará un aumento de la deuda pública, lo que desviará la partida del presupuesto para el desarrollo de infraestructuras públicas.

Hay que tener en cuenta, además, que la difícil geografía económica de África plantea un reto mayor al desarrollo de las infraestructuras en el continente. Algunas de las características de esta geografía que condicionan inevitablemente la viabilidad de las infraestructuras podrían ser la débil densidad global de la población, con 36 habitantes por km2, y la débil tasa de urbanización (35 %), pero con un crecimiento urbano muy creciente (4 % anual), además de un número relevante de países procedentes del interior del continente con economías muy pequeñas y con una todavía escasa conectividad intrarregional y pocas conexiones transfronterizas favorables a un comercio regional.[3] No hay comercio sin infraestructuras viables.

http://mundonegro.es/la-nueva-colonizacion-llega-en-tren/

Fuentes de financiación de infraestructuras en África

Las infraestructuras del continente adolecen de falta de financiación. El BAfD[4] cifra las necesidades en 170 000 millones de dólares anuales hasta 2025, con un déficit estimado de 108 000 millones de dólares al año. Sin embargo, África terminó la década de 2010 superando los 100 000 millones de dólares de financiación para sus infraestructuras por primera vez en 2018, según el último informe del Consorcio de Infraestructuras para África (ICA) de ese año.

El ICA registró en 2018 la cifra de USD 101 billones en nuevos compromisos de financiación para infraestructuras. El origen de esos fondos, como muestra el siguiente mapa, proviene principalmente en un 37 % de los Gobiernos africanos, 26 % de China y un 22 % de los miembros del ICA[5]. Los sectores beneficiados fueron: energía en un 44 %, transporte en un 33 %, agua en un 13 %, ICT en un 7 % y multisectores en un 4 % (ICA 2019)[6]

En 2020, las infraestructuras estaban infrafinanciadas. De hecho, los préstamos bilaterales y multilaterales para infraestructuras en África subsahariana cayeron a 31 000 millones de dólares en 2020 desde los 55 000 millones de 2019, según el último informe de Baker McKeni New Dynamics: Shifting Patterns in Africa’s Infrastructure Funding.[7][i] Desde el máximo de 109,5 dólares en 2014, la caída ha sido sustancial. Otra tendencia, mencionada en el informe, es la reducción de la duración de los préstamos de un máximo de 17 años en 2019 a 13 años en 2020.

China es líder en financiación de infraestructuras. En contra de la tendencia general, China ha aumentado su inversión en infraestructuras en 2020 a 3300 millones de dólares, un aumento de casi el 18 % en comparación con 2019 (2800 millones de dólares). Sin embargo, la cantidad es relativamente pequeña en comparación con los 11 000 millones de dólares comprometidos en 2017 por los bancos chinos. “Se ha producido una ralentización en el número de acuerdos de infraestructuras procedentes de China. A corto plazo, esperamos ver préstamos más centrados -menos y mejores proyectos utilizando estructuras sofisticadas- y nuevas opciones de financiación, como el factoring, que se utilizan para desplegar el capital chino en la región”, afirma Simon Leung, socio de Baker McKenzie Hong Kong.

Más que nunca, el continente tendrá que desarrollar su propio modelo de financiación de infraestructuras que permita a los inversores privados desempeñar plenamente su papel, como ocurre cada vez más en los países emergentes y, más ampliamente, en las economías más maduras. Hasta ahora, el capital privado en África solo ha representado una media de 2000 a 3000 millones de dólares al año en financiación de infraestructuras, es decir, alrededor del 4 % de la inversión total. En este contexto, parece evidente la necesidad de movilizar una inversión institucional privada masiva, tanto internacional como nacional.[8]


[1] Subdesarrollo y esperanza en África de Carlos Sebastián. Editorial Galaxia Gutenberg.
[2] The Africa Infrastructure Development Index (AIDI) is produced by the African Development Bank. The AIDI serves a number of key objectives, principally: (i) to monitor and evaluate the status and progress of infrastructure development across the continent; (ii) to assist in resource allocation within the framework of ADF replenishments; and (iii) to contribute to policy dialogue within the Bank and between the Bank, RMCs and other development organizations.
El Banco Africano de Desarrollo elabora el Índice de Desarrollo de Infraestructuras de África (AIDI). El AIDI tiene una serie de objetivos clave, principalmente (i) supervisar y evaluar el estado y el progreso del desarrollo de las infraestructuras en todo el continente, (ii) ayudar a la asignación de recursos en el marco de las reposiciones del FAD y (iii) contribuir al diálogo político dentro del Banco y, entre este, los RMC y otras organizaciones de desarrollo.
[3] Un acercamiento a las infraestructuras en África. Rafael Gómez-Jordana Moya. Iberglobal.
[4] Banco Africano de Desarrollo.
[5] El Consorcio de Infraestructuras para África es una relación tripartita entre donantes bilaterales, organismos multilaterales e instituciones africanas.
– Todos los países del G8 son miembros del ICA (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón, Reino Unido y Rusia),
– Dos miembros del G20: el Reino de España (recientemente incorporado) y la República de Sudáfrica (primer país africano miembro).
– Países e instituciones africanas: la República de Sudáfrica, la Comisión de la Unión Africana (AUC), la Agencia de Desarrollo de la Unión Africana (AUDA-NEPAD), la Comisión Económica de las Naciones Unidas para África (CEPA) y las Comunidades Económicas Regionales participan como observadores en las reuniones del ICA.
– Bancos multilaterales de desarrollo: el Banco Africano de Desarrollo (BAfD), el AfreximBank, el Banco Europeo de Inversiones (BEI), la Corporación Financiera Internacional (CFI), el Banco Islámico de Desarrollo (BIsD), la Corporación Financiera Africana (CFA) y el Banco Mundial.
– Instituciones regionales de financiación del desarrollo y bilaterales: la Agencia Francesa de Desarrollo (AFD), el Banco de Desarrollo del África Occidental (BOAD) y el Banco de Desarrollo del África Austral (DBSA).
Otros donantes que realizan importantes contribuciones financieras a las infraestructuras en África pueden convertirse en miembros de la ACI.
[6] ICA (2019), Infrastructure Financing Trends in Africa – 2018, The Infrastructure Consortium for Africa, https://www.icafrica.org/en/
[7] https://www.bakermckenzie.com/en/insight/publications/2021/04/new-dynamics-patterns-of-change
[8] Karim Zine-Eddine, directeur des études, Paris Europlace, Banque & Stratégie n° 395, octobre 2020, pp. 30-31.

Rafael Gómez-Jordana Moya, investigador y profesional en el ámbito de las relaciones institucionales y servicios financieros con experiencia consolidada internacional dentro y fuera de España, habiendo ejercido labores de dirección y representación en diferentes países en el sector financiero y en servicios de control e inspección de preembarque de mercancías para gobiernos en cumplimiento con los requisitos de la WTO (Organización Mundial de Comercio).

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