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Soy un mestizo literario

Soy un mestizo literario

Los destinos africanos están en el corazón de los debates sobre el continente. Sesenta años después de las independencias, a imagen de esas noticias vacías y recurrentes de la prensa, los mismos temas vuelven una y otra vez: franco CFA sí o franco CFA no, lenguas nacionales o lenguas del antiguo colono, arraigo o apertura…, por no citar más que algunos de ellos. De telón de fondo, siempre, la emancipación de África. Entre los intelectuales y pensadores contemporáneos que con más frecuencia intervienen sobre la necesidad de que el continente se haga cargo de sí mismo, Boubacar Boris Diop ocupa un lugar destacado. El escritor nos recibió en los locales de EJO Éditions, la editorial en lenguas nacionales que fundó hace tres años junto con algunos amigos. En esta primera parte de nuestra entrevista, Boris Diop habla de los límites de una lengua prestada y cuenta de dónde le viene esa toma de consciencia sobre el lugar que debe darse a las lenguas nacionales para alguien que ha alcanzado la notoriedad con sus obras en francés.

“A nuestros países los llamamos países francófonos, anglófonos o lusófonos, a pesar de que el setenta u ochenta por ciento de la población no hable estas lenguas. El ochenta por ciento de la población senegalesa habla wolof. Sin embargo, no decimos que Senegal es ‘wolófono’, sino francófono, y a mi juicio esto es un abuso de lenguaje”.

“A nuestros países los llamamos países francófonos, anglófonos o lusófonos, a pesar de que el setenta u ochenta por ciento de la población no hable estas lenguas. El ochenta por ciento de la población senegalesa habla wolof. Sin embargo, no decimos que Senegal es ‘wolófono’, sino francófono, y a mi juicio esto es un abuso de lenguaje”. Declaraciones del difunto Joseph Ki Zerbo que Boubacar Boris Diop podría hacer suyas, por lo mucho que este pensador lleva a cabo para la valorización de las lenguas de nuestro país.

La editorial EJO Éditions para promover las lenguas africanas

Precisamente, y con el fin de dar a estas lenguas el lugar que merecen, el antiguo profesor de filosofía lanzó EJO Éditions. La palabra ‘ejo’ significa ‘ayer y mañana’ en lengua quiñaruanda. Un nombre de gran originalidad, muy seductor para un panafricano y también para el autor de Doomi Golo, un libro sobre lo que él llama, con una cómplice sonrisa, “esa guerrilla que libran todas las dimensiones del tiempo en la ficción romanesca”.

El progreso y el desarrollo africano pasarán por la valorización de las lenguas africanas. Imagen: Casa África

Boubacar Boris Diop nos recibe en el local de EJO Éditions, concretamente en el espacio que lleva el nombre de Mame Younousse Dieng, autora de Aawo bi (1996), la primera novela en lengua wolof publicada por Éditions OSAD. Sin grandes protocolos, acogedor y cortés, nos hace visitar este agradable espacio bien acondicionado, bien aireado y en el que una estricta distanciación física, que acatamos con placer, es de rigor en este periodo de Covid-19. La impresionante biblioteca que encontramos de frente está repleta de libros, muchos de los cuales están dedicados al genocidio tutsi de Ruanda. Evidentemente, no falta ninguno de los libros de Cheikh Anta Diop. Un inmenso volumen violeta llama la atención: son las “Obras completas” de Aimé Césaire, de entre las que Boubacar Boris Diop ha traducido Une saison au Congo al wolof. De hecho, el corazón palpitante de esta biblioteca son las obras en wolof. Todas las obras de Éditions OSAD están a la venta, al igual que las publicaciones de EJO Éditions: Doxandéem de Ibraayima Saaxo Caam, Puukare de Ceerno Seydu Sàll o incluso Bàmmeelu Kocc Barma y Doomi Golo de Bubakar Bóris Jóob. Y como el 15 de diciembre EJO Éditions hizo el lanzamiento simultáneo de tres obras, estas ocupan un lugar de honor en el espacio Mame Younouss Dieng: Guddig Mbooyo, novela policiaca de Lamin Mbaay; Mboorum àdduna si, de Abdul-Xadr Kebe, y una antología de poemas de Làmp Faal Kala, titulada Xelum Xalam.

“Desde un enfoque panafricano, hemos querido dar a una editorial senegalesa un nombre prestado del quiñaruanda. En su obra Anteriorité des civilisations nègres, Cheikh Anta Diop nos invita a ‘hacer balance del pasado para ayudar a África a afrontar mejor el presente y el futuro’, y ese es nuestro objetivo”.

El novelista senegalés está convencido: el progreso y el desarrollo africano pasarán por la valorización de las lenguas africanas. Cuando se le pregunta si el movimiento no es demasiado lento, muestra rápidamente su desacuerdo señalando que, al contrario, se mueve profundamente.

“Muchos cometen el error de creer que los cambios sociales no advienen sino en el estrépito de la historia, en el alboroto y en el furor, por así decirlo. Cierto, eso ocurre todo el tiempo. Pero también ocurre que las sociedades humanas no sean conscientes de sus propias mutaciones; no hay que ignorar aquello que podemos llamar las ‘revoluciones silenciosas’, que con frecuencia vienen de los flancos de la sociedad. Por tomar como único ejemplo el caso de las lenguas nacionales en Senegal, estas no estarían donde están si nos hubiéramos apoyado únicamente en estructuras oficiales como los ministerios de alfabetización. La mayor parte del trabajo ha sido llevado a cabo en la sombra, por individualidades llenas de abnegación y que no se dejan impresionar por un medio hostil”, confía Boris Diop, quien además nos recuerda que este movimiento, que ahora nada parece poder parar, nació del trabajo de Cheikh Anta Diop.

“Fue él quien en 1948 hizo hincapié en la importancia de las lenguas nacionales, en un histórico texto titulado ¿Cuándo podremos hablar de un renacimiento africano? Y reafirmó este punto de vista en su obra Naciones negras y cultura (1954). La lectura de esta obra que Dialo Diop califica muy pertinentemente de “seminal” incitó a jóvenes estudiantes senegaleses residentes en Francia a constituir el famoso “grupo de Grenoble” en 1958. En compañía de Assane Sylla, y de hecho en casa de este, Cheik Ndao, Saliou Kandji, Massamba Sarre y algunos otros redactaron “Ijjib wolof”, el primer alfabeto en la lengua de Kocc Barma. Más tarde, Pathé Diagne, Ousmane Sembène y Samba Dione lanzarían la revista Kàddu. Por su parte, Sakhir Thiam, catedrático de matemáticas, se esforzaría en demostrar la eficacia de enseñar esta disciplina, y la de las ciencias en general, en lengua wolof. Más tarde llegarían la Association en Recherche et Éducation pour le Développement (ARED) y la Organisation Sénégalaise d’Appui au Développement (OSAD),sin olvidar el considerable trabajo científico llevado a cabo por Aram Fal y Jean-Léopold Diouf, por no citar más que a estos dos especialistas. Y el magistrado Amet Diouf y Aram Fal traducirían la Constitución de Senegal (Ndeyu àtte Republigu Senegaal). En la estela de estas iniciativas, que no tienen nada que ver con el estado, nació una abundante literatura en wolof y en lengua pulaar. Mis novelas forman parte de ella, reivindico mi lugar en esa herencia e intento cumplir lo mejor que puedo con mi deber de transmisión”.

En este largo proceso encontramos a Adja Khady Diop Pathé, nacida en 1922 en Dagana, escritora y poetisa que conversaba mucho con Cheikh Anta Diop. A través de poemas escritos en wolof demostró, durante la Jornada Internacional de la Mujer en 1975, que la sensibilidad poética no estaba reservada a los estudiosos occidentalizados, según el libro Des femmes écrivent l’Afrique: l’Afrique de l’Ouest et le Sahel editado por Miller y Osuwu Sarpong. Años más tarde, Adja Khady Diop aparecería en la televisión senegalesa en programas de alfabetización exclusivamente en wolof.

Para Diop, las radios y televisiones han jugado un papel fundamental en esta evolución del asunto como lo demuestra, sobretodo, el lugar que en ellas ocupan los debates en wolof. Según él, es un cambio que va a continuar. Le preguntamos entonces por la observación del historiador Abdarahmane Ngaïdé acerca de la ‘wolofización’ del país y del peligro de que el wolof remplace al francés y asfixie, llegado el momento, a las otras lenguas nacionales. Boubacar Boris Diop dice comprender los miedos de Ngaïdé, intelectual al que, de hecho, no duda en elogiar.

“Si no lo hacemos correctamente, el riesgo es real. En Senegal, el wolof en una lengua transétnica que casi todo el mundo habla y comprende más o menos. Es una suerte, pero eso no quiere decir que haya que ir en esa dirección sin tino. La idea de emparejar por doquier el wolof con una lengua regional, poniéndolas así al mismo nivel, bueno, es una idea que ha ido ganando terreno poco a poco en estos últimos años. Por ejemplo, en la Université Gaston Berger de Saint Louis los estudiantes pueden elegir entre una primera y una segunda lengua, que puede ser indiferentemente el pulaar o el wolof. Los profesores Sokhna Bao Diop y Oumar Djiby Ndiaye se ocupan de estas asignaturas. En EJO Éditions hemos hasta ahora publicado en wolof debido a las circunstancias, pero no excluimos ninguna de las lenguas de nuestro país. A decir verdad, recibimos un manuscrito en pulaar, pero los especialistas consultados nos disuadieron de su publicación…”. Juzgando este asunto especialmente serio, Boubacar Boris Diop insiste en la necesidad de una reflexión serena ya que, según advierte, “si no hay consenso sobre este asunto, nos condenamos a dejar que sea la lengua francesa la que arbitre eternamente esta artificial disputa”.

Boubacar Boris Diop es novelista, ensayista, dramaturgo, guionista y periodista y es considerado uno de los grandes escritores actuales de África. Fundó la editorial EjoWolof  Books en la que se publican obras escritas en wolof, lengua senegalesa aunque también se habla en otros países de la región de África occidental. Esta entrevista de Amadou Bator Dieng a Boubacar Boris Diop apareció publicada en KirinaPost el 7/02/2021 y ha sido traducida al español por Alba Rodríguez-García.

Alba Rodríguez-García es docente e investigadora en la Facultad de Lettres et Sciences Humaines (LSH) de la Université Gaston Berger (Senegal) y formadora del Pan-African Masters Consortium on Interpretation and Translation (PAMCIT). Sus investigaciones se centran en los estudios de traducción poscoloniales y decoloniales, las literaturas africanas y la ética y crítica de la traducción. Asimismo es traductora e intérprete de conferencias en la subregión.

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