Casa África ofrece visitas guiadas a las exposiciones que se programan en la sede. Mujeres del Congo, la denuncia contra la violencia sexual en la República Democrática del Congo de las fotógrafas españolas Isabel Muñoz y Concha Casajús, permanecerá abierta hasta el 6 de mayo. Puede ser visitada de lunes a viernes 9:00 a 18:00 horas y las visitas guiadas se conciertan con institutos, universidades y grupos. Este es el relato de una de ellas, en la que los alumnos del Grado en Educación Primaria de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) descubrieron la terrible realidad de unas mujeres que se han decidido a contar su experiencia.
Avisados de antemano por la dureza de la exposición, los alumnos del grado en Educación Primaria de la ULPGC se adentran en la sala tímidamente, amontonándose muchos de ellos en la entrada. Ajenos a lo que sucede actualmente en la República Democrática del Congo (RDC), se posicionan bajo el título que recoge las vivencias de estas mujeres. La exposición Mujeres del Congo, de Isabel Muñoz y Concha Casajús, se centra en la violencia sexual que sufren las mujeres de la zona este del Congo, una zona en la que aún a día de hoy luchan cuatro ejércitos con el fin de controlar las fuentes de riqueza: el coltán, los diamantes o el oro.
El camino a la esperanza es el título que eligió Isabel Muñoz para unificar muchas de las historias que se encuentran detrás de esas mujeres que tratan de resurgir tras las terribles experiencias a las que se han enfrentado. Para Isabel, una de las fotógrafas más prestigiosa de España, cada una de ellas es una heroína. Con la ayuda de Raquel, licenciada en Historia y profesional experimentada en realizar las visitas guiadas, lo primero que se hace es tratar de ubicar exactamente dónde se encuentra la zona del conflicto. Las visitas a Mujeres del Congo comienzan por la sala de exposiciones en la que se encuentra ubicada la colección de Isabel.
Raquel les invita a visualizar las fotografías que tienen ante ellos, a sacar todo lo que éstas les aportan. A exprimirlas. A partir de preguntas que quedan en el aire, los alumnos exteriorizan sus sensaciones, creándose así de manera conjunta e inmediata lo que podría haber llevado a aquellas protagonistas a estar en la exposición. Explica el método al que recurre la fotógrafa, el fondo negro: “Las fotos se encuentran descontextualizadas, la fotógrafa realmente quería darle importancia a las protagonistas”.
“¿Qué cuenta esta chica tras esas hojas? ¿Qué nos intentan decir sus ojos?”, pregunta Raquel. Dejando a un lado prácticamente la descripción que aparece junto a la fotografía, se constituye el contexto en el que puede estar envuelta Zabulonda junto con sus vistosas cebollas maniatadas entre ellas. Con el semblante serio y la mirada fija está decidida a contar qué está ocurriendo: tiene 29 años, cinco hijos, fue víctima de la violencia sexual y ahora se ha acogido a un programa de microcréditos, lo que le permite comerciar con las cebollas y alimentar a su familia. Cheusi se oculta tras unas hojas que apenas consiguen sombrearle el alma. Y Mwavuma extiende y muestra sus palmas lista para mostrarse tal cual es.
A medida que transcurre la visita los susurros son menos constantes, el silencio se quiebra cuando algún alumno contribuye con alguna impresión: “yo creo ver”, “considero importante”… Sorprendidos por el amplio abanico que existe para expresar la tristeza, admiran la forma en la que la fotógrafa consigue transmitirlo. Avanzan por la sala.
Si muchos de los asistentes están abrumados ante los abusos que sufren las mujeres fotografiadas, su asombro apenas vacila al presentarle las fotografías tomadas en un orfanato, en el que la mayoría de las niñas son acusadas de brujería. Algunos se preguntaban entre sí “¿Esto, ocurre realmente?” – incluso afirman: “Conocía la pobreza que se sufre en África, pero no este tipo de situaciones” Interesados, preguntan, por las creencias religiosas y aquellos rituales “fantasiosos” que comparan con una trama de ciencia ficción. Realmente todo aquello es nuevo para ellos.
Fotografiadas de perfil o de frente, pero siempre mirando al objetivo.
La reflexión de uno de ellos consigue dar con lo que a muchos les ronda pero no saben expresar, “Todos estos pequeños han perdido la inocencia, todos tienen una mirada adulta”, el sí unánime confirmaba la aprobación de todos los que estaban en la sala.
En la visita cobra una especial relevancia el retrato a Caddy Adzuba, la periodista congoleña Premio Príncipe de Asturias de la Concordia en 2014, impulsora de Radio Okapi, la emisora que ha dado voz a las mujeres congoleñas víctimas directas de este inacabable conflicto. Su foto presenta un tratamiento bien distinto a todas las demás, con la mirada mucho más relajada y clavada en cada uno de ellos. Raquel les explica la necesaria contribución e importancia que ha tenido esta periodista a la hora de poder hacer realidad la exposición en la que se encuentran. Les confiesa que aunque presente “entereza y fuerza”, como algunos alumnos expresan, Caddy daba gracias a diario por seguir con vida. Precisamente por apoyar a estas mujeres se encuentra amenazada de muerte por sus detractores.
Una vez terminada la primera parte de la visita, los alumnos se desplazan a la segunda sala, dónde están expuestas las fotografías de Concha Casajús bajo el título “Las mujeres que rompieron el silencio”. De manera más libre, los alumnos observan por ellos mismos las fotografías que más les impresionan. Incrédulos, se paran frente a las fotografías realizadas a los chamanes (considerados como seres con poderes naturales o verdaderos sabios que incluso se comunican con los espíritus. Entre otras prácticas y rituales, realizan ceremonias en la que los niños puros, cobran especial relevancia catalogados como fetiches). Atónitos, comentan como todas esas mujeres que han sido abandonadas encuentran la esperanza en aquel refugio.
Uno de los asistentes se atreve a preguntar: “¿Dónde están los hombres de todas aquellas mujeres?”. Raquel les revela la concepción tan distinta que tienen en aquella zona de la mujer, y de la reducción que los hombres hacen a su papel fundamental a la hora de procrear. La mayoría de mujeres violadas son abandonadas por sus maridos, que no son capaces de soportar lo que entienden como una vergüenza. Cuando Raquel les explica que para muchos de esos hombres una mujer incapaz de concebir es inútil, no dan crédito.
Se detienen en las fotografías que más llaman su atención.
Al marcharse, algunos reconocen que nunca antes habían visitado una exposición de este tipo. No solo por haber conocido la dura realidad a la que se enfrentan muchas mujeres del Congo, sino también por reflexionar sobre la cantidad de estereotipos que acumulan sobre África.
Verónica Fuentes es estudiante de Periodismo en la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad de La Laguna, en prácticas en el Área de Medios y Comunicación de Casa África.
[google_plusone href= »https://www.esafrica.es » size= »tall » float= »left »] [twitter style= »vertical » related= »CasaAfrica » float= »left » lang= »es »] [fblike style= »box_count » showfaces= »false » width= »300″ verb= »like » font= »arial » float= »left »]