La intelectual martiniquesa y pionera de la Negritud, Paulette Nardal, estaba entre las diez mujeres emblemáticas a las que Francia rindió homenaje durante la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de París 2024, con unas espectaculares estatuas doradas. Este homenaje parece marcar una etapa importante hacia el reconocimiento de la que fue cofundadora de La Revue du Monde Noir y pionera de un panafricanismo cultural del periodo de entreguerras.
La premisas del movimiento de la Negritud
Félix Jeanne Paule (Paulette) Nardal, nace en la isla de Martinica un 12 de octubre de 1896, en el seno de una familia negra burguesa. Es la hija mayor de Paul Nardal, primer ingeniero negro de la isla y de Louise Achille, maestra y profesora de piano. En el año 1920, a los 24 años, decide dejar su isla natal y su trabajo como maestra para estudiar inglés en París donde se convirtió en la primera estudiante negra de la Sorbona. Obtuvo una licenciatura en inglés con una tesina sobre Harriet Beecher Stowe.

Imagen de Paulette Nardal (Wikimedia Commons)
Tres años después, su hermana Jane se reúne con ella para estudiar literatura clásica. Se convertiría en catedrática de letras clásicas.
En los años 30, las dos hermanas empezaron a celebrar un salón literario semanal en su casa de Clamart, una ciudad situada al suroeste de la región parisina. Este apartamento se transformó rápidamente en el lugar de encuentro de jóvenes intelectuales africanos y antillanos como Aimé Césaire, Léon-Gontran Damas, Léopold Sédar Senghor, así como grandes nombres del Renacimiento de Harlem como Langston Hughes, Marcus Garvey, Claude MacKay, etc.
En Clamart, los domingos por la tarde, entre recitales de cuentos y poemas, de blues y spirituals; discusiones sobre colonialismo, problemas interraciales o el devenir de los negros, Paulette y sus invitados encendieron la chispa de una “conciencia de raza” entre la diáspora afro de París, esbozando las grandes líneas de lo que seria conocido más tarde como el movimiento de la negritud.
En el “salón de Clamart” o “salón de la hermanas Nardal”, como se conocía su apartamento, entre acordes de música clásica que su otra hermana Andrée tocaba en el piano y los negro spirituals que cantaban los Fisk Jubilee Singers, Paulette, la única que hablaba inglés, hacía de enlace entre intelectuales francófonos y músicos e intelectuales afroamericanos. Es ella quien traduce y recoge en forma de artículos aquellas conversaciones.
En noviembre 1931, después de haber publicado una decena de artículos en La Dépêche Africaine, confunda junto con su hermana Jane y el médico haitiano Léo Sajous, La Revue du Monde Noir, una revista bilingüe francés/inglés, inspirada en las largas conversaciones mantenidas en su apartamento. Según sus fundadores, la revista responde a un triple objetivo : « crear entre los negros del mundo entero, sin distinción de nacionalidad, un lazo intelectual y moral que les permita conocerse mejor, amarse como hermanos y defender de manera más eficaz sus intereses colectivos e ilustrar su Raza”.

En solo seis números entre 1931 y 1932, la revista dará voz a autores afroamericanos y los de las colonias francesas publicando poemas, revistas de prensa, artículos de actualidad y reflexiones sobre el lugar de los negros en el mundo y la sociedad colonial de entonces. Éveil de la conscience de la race (El despertar de la conciencia de raza), uno de los artículos que Nardal publicó en la revista en el año 1932, aparece claramente como un preludio al movimiento de la Negritud, promovido años más tarde por Césaire, Senghor y Damas.
En sus escritos tanto en La Dépêche Africaine como en La revue du Monde Noir, las mujeres ocupan un lugar esencial en las reflexiones de Nardal. Considera que son las mujeres negras (antillanas) las que más sienten la necesidad de una solidaridad racial, ya que según ella los hombres están bastante mejor integrados socialmente en la metrópoli. Para Paulette, este sentimiento de desarraigo es específicamente femenino. Aunque el término no existía entonces, los planteamientos de Nardal, entre conciencia de género y de raza, tienen rasgos claros de un feminismo interseccional avant la lettre.
Pionera y militante en todos los frentes
Periodista, escritora, traductora, profesora de inglés, Paulette fue también asistente parlamentario de Joseph Lagrosillière, diputado socialista de Martinica y de Mamadou Ngalandou Diouf, diputado senegalés. En 1935, se moviliza contra la invasión de Etiopia por la Italia de Mussolini.
En 1939, al estallar la Segunda Guerra Mundial, Paulette Nardal que se encontraba en Martinica, decide volver a la metrópoli. Pero, el barco en el que viajaba fue atacado por un submarino alemán en las costas británicas. Se fractura las dos rodillas al intentar ponerse a salvo y pasa treces meses en un hospital de Plymouth antes de regresar a su tierra.
En el año 1945, al acabar la guerra, funda en su país, le Rassemblement Féminin, un movimiento cuyo objetivo es incitar a las martiniquesas a ejercer el derecho al voto recientemente adquirido. Y, para apoyar las actividades de dicho movimiento, crea y dirige de 1946 a 1951, un nuevo periódico llamado La Femme dans la cité.
Entre 1946 y 1948 trabaja en la ONU como representante para las Antillas ante la Comisión de los Territorios no Autónomos.
Mujer vanguardista, mujer olvidada
¿Por qué las mujeres que han tomado una parte activa en la emergencia de uno de los mayores movimientos literario y político del entreguerras han sido relegadas al olvido? ¿Quizás porque han publicado muchos artículos pero ningún libro? ¿ O porque Paulette era muy creyente y rechazaba el ateísmo y el comunismo de los ambientes intelectuales de aquella época?
Para Paulette, el hecho de ser mujer no era ajeno a esta situación. Entre 1974 y 1976, en unas conversaciones con su biógrafo, dijo que lo que ella y su hermanas hicieron fue minimizado porque “éramos mujeres ».
Paulette Nardal falleció el 16 de febrero de 1985, a los 89 años, siendo una mujer libre y comprometida.