Hay gente que dice que África no tiene historia. La historia de África ha sido una disciplina que tradicionalmente ha estado ausente del paisaje; es como si hubiese un ángulo muerto donde no hubiese historia. ¿Habría que preguntarse por qué mucha gente tiene dudas sobre la historia de África? ¿Acaso África carece de historia porque esta no está, en su mayoría, escrita?
Puedes llevar a cabo una conferencia sobre África con pruebas históricas, mapas, documentos, pruebas arqueológicas, etc., que siempre habrá alguien que llegue y te diga: “¿Está usted seguro de que hay una historia de Ghana, una historia de Mali, etc.?” Esto no ocurre cuando hablas de la historia de Europa o de América; nadie la pone en duda.
“L’homme africain n’est pas assez entré dans l’Histoire” (‘el hombre africano no ha entrado lo suficiente en la historia’), dijo Nicolás Sarkozy[i]. Lo triste de este comentario es saber que hay mucha gente que piensa lo mismo, y ese discurso sigue hoy muy presente. ¿Por qué hay esa percepción de África? Según François-Xavier Fauvelle[ii], esta negación de la historia de África tiene algo que ver con una ideología racista que se ha desarrollado en la época moderna europea (siglos xvi, xvii y xviii) para justificar la trata de esclavos comprados en África y transportados al otro lado del Atlántico.[iii]África tiene periodos históricos, eso es indudable. La historia ha existido siempre, las gentes viven una historia y confundimos vivir una historia, tener una historia y haber escrito una historia. África es inmensa, y su historia es muy compleja. Estamos hablando de 54 o 55 países, pero antes eran quizás muchos más…: grandes, pequeños, reinos, imperios, etc. Aunque la historia de África está de alguna manera adulterada y reconstruida, lo cierto es que no se enseña ni en las escuelas ni en los medios (en los medios ni aparece, y lo que aparece es tristemente la cantinela de siempre: guerras, hambrunas, corrupción, enfermedades, conflictos etc.; esa es o esas son la/s historia/s de África que nos enseñan, y esa es la imagen con la que nos quedamos). De hecho, para vender una visión de África al gran público actual, se dispone de varios registros de representaciones, que van desde las ideas correctas (que son pocas) hasta los clichés fáciles, pasando todos por generalizaciones más o menos rápidas.
Conceptos y denominaciones
¿Por qué África al sur del Sáhara? Quizás porque la denominación de África negra sea una herencia colonial que retrata a todos los habitantes del subcontinente por su aspecto físico, su color de piel, que está lejos de ser uniforme como parece dar a entender dicho adjetivo. Desde no hace tanto, la denominación África subsahariana se ha ido imponiendo por algunas instituciones en lugar de África negra. Lo cierto es que no todos los países de África negra están situados por debajo del desierto del Sáhara; por ello, el término es inexacto y quizás acomplejado. Hay otros conceptos como el de África precolonial que habría también que revisar. Los africanos desconocían que hubiese una África precolonial, dado que la casi totalidad de las regiones africanas no fueron hasta muy recientemente colonizadas por potencias extranjeras (salvo Egipto, que lo fue por los griegos y colonizada por los romanos, y el África oriental, colonizada en el siglo xviii por el sultanato de Omán y después por el de Zanzíbar). África tiene la historia más vieja de la humanidad, y los europeos, lo que han descubierto y construido es, simplemente, su África…[iv]
¿Por qué la historia de África es hoy tan desconocida, marginal, y rechazada? Algunos historiadores[v] hablan de la trata de los negros. Esta trata de esclavos negros que se intensificó en el siglo xviii del lado europeo se añade a tratas muchos más antiguas dirigidas hacia el Mediterráneo y el Índico (animadas por los árabes musulmanes del siglo ix). No obstante, el origen de la trata atlántica lo fue por el color de los esclavos. Así, a partir, sobre todo, del siglo xviii, un esclavo atlántico no podía ser más que negro, hasta tal punto que el término negro era sinónimo de esclavo.
La formación es costosa, pero lo es aún más la ignorancia
Las investigaciones y estudios sobre África —aunque después de la independencia han sido más rigurosos— que tuvieron lugar siempre han venido de la mano de antropólogos y etnólogos de la época colonial a nuestros días. Ellos han construido su biblioteca colonial sobre África.
África, lo sabemos, es un continente inmenso que cubre un espacio de unos 30 millones de km2 compuesto por 54 Estados[vi], de los cuales cinco son mediterráneos y 49 pertenecen (y no exactamente) al África negra o, más recientemente, al África subsahariana. África no es una entidad homogénea, y mucho menos un país o un estado (“la negación de la singularidad de lo africano”). Hay comparaciones tan banales como por ejemplo entre África (un continente) y China (un Estado), o anécdotas como cuando te llegan a preguntar: “¿Habla usted africano?”, sabiendo que la diversidad social y de lenguas es inmensa en el continente. Y, en lo referente al clima, este continente los tiene todos donde los modos de vida rurales existen: desde desierto y Sahel (pastoral trashumante) a la densidad de la selva ecuatorial, pasando por la sabana, donde prevalece el cultivo de los cereales.
Hasta la independencia, el conocimiento de África estaba implícitamente reservado a los antropólogos, sobre todo del lado francés, donde prevalecía la historia de la colonización. Los trabajos históricos se han multiplicado desde entonces, y, si hasta 1990 han sido dirigidos por universitarios occidentales, lo cierto es que cada vez se han ido elaborando más a partir de historiadores africanos, ya sea sobre el terreno o en la diáspora. En cualquier caso, hay una falta de diversidad y de puntos de vista, así como una falta de medios económicos para todo lo que supone la investigación, búsqueda y formación para los historiadores africanos.
- En la historia de África hay muchos conceptos que revisar. Podríamos hablar de la utopía de volver a delinear las fronteras[vii], asunto que, aunque aún ha sido y es origen de algunos conflictos, no viene a cuento en estos tiempos. En definitiva, para evitar nuevas guerras, se optó por respetar los viejos límites coloniales. Al final de la independencia, la elección de mantener las fronteras heredadas de la época colonial tenía como objetivo resolver y evitar los conflictos fronterizos entre los Estados africanos.
- El verdadero problema por resolver se expresa en una simple pregunta: ¿cómo evitar que las etnias más numerosas sean definitivamente propietarias del poder? Quizás sustituyendo el voto individual por el de grupo. En África, ello es difícil que tenga lugar, dado que la ideología dominante está fundada en el individualismo.[viii]
- Finalmente, otro asunto que hay que tratar a falta de muchos otros, y con ello concluimos este breve resumen, sería la visión de que los actuales males de África tienen su origen en la esclavitud y la colonización.
“Nos hemos vuelto expertos en despertar la conciencia de nuestros antiguos dueños coloniales. Hablemos claro: hemos ejercido un chantaje infernal a Europa occidental. Es un procedimiento tan bueno para procurar la ayuda extranjera… Ya es hora de que África sea adulta.”(Peter Enaharo, periodista nigeriano).[ix]
En septiembre de 2001, a raíz de la Conferencia Mundial contra el Racismo que tuvo lugar en Durban, los jefes de los Estados africanos se justificaron en el paradigma de la victimización exigiendo una reparación a los antiguos Estados esclavistas europeos (cuando sabemos también que algunos africanos vendían a los suyos a los negreros europeos).
Sobre ello habría que aclarar lo siguiente:
- La esclavitud no se introdujo en el continente africano por los europeos. La trata de negros no fue una invención diabólica de los europeos (Fernand Braudel[x]). Hubo que esperar a los años 2000 para que el papel de ciertos africanos se pusiera claramente en evidencia, dado que “los cautivos que no aparecían como por encanto en las citas de la trata, eran productos transportados, apartados y elegidos por negreros negros.” (Pétré-Grénouilleau, 2004).[xi]
- La realidad de la trata de esclavos era que fueron los propios negros africanos los que vendían a sus hermanos a los negreros europeos. Esta afirmación empezó a tomar conciencia a finales de 1998. Ya en la revista especializada Jeune Afrique se mencionaba que algunos descendientes de esclavos comenzaban en las Antillas francesas a reconocer esta verdad, y sobre el titular chocante de: “Nousavons rien à voir avec de gens qui nous ont vendus” (‘no tenemos nada que ver con la gente que nos ha vendido’), la revista añadía lo siguiente: “A la hora en la que los africanos exigían a los europeos reparaciones por su responsabilidad en la venta de esclavos, los antillanos querían exigir cuentas a los propios africanos: ‘L’Afrique a vendu ses enfants’ (‘África ha vendido a sus hijos’) acusaban…”
- Finalmente, conviene decir que la trata de esclavos fue, de entrada, una operación producida inicialmente en el interior del continente. Del interior del continente al litoral, las fuentes de distribución, los peajes, los impuestos y los mercados continentales hacían que una parte de África se enriqueciese vendiendo la otra parte.
Conclusión
En la actualidad, y sin desconocer el pasado, la posible resolución de los problemas africanos pasa a mi modo de ver por estos principios:
- Que tanto africanos como europeos asuman que la posible resolución de las crisis africanas no pasa ni por el aumento de la política de ayuda, cuyos resultados son nulos, ni por las leyes del mercado, sino más bien por las propias especificidades del continente. La primera y más importante: el reconocimiento de los fundamentos étnicos. La etnia es el pasaje obligado de toda reconstrucción africana.
- La economía no lo resuelve todo. Las crisis africanas son también estructurales y tienen un origen histórico, político y cultural.
- Aceptar que antes de ser francófonos o anglófonos o cristianos o musulmanes, los habitantes de África son de entrada africanos que hablan lenguas africanas y que tienen sus propias creencias.
REFERENCIAS. BIBLIOGRAFÍA. NOTAS.
[i] El Discurso de Dakar es un discurso escrito por Henri Guaino y pronunciado por el presidente de la República Francesa, Nicolas Sarkozy, el 26 de julio de 2007 en la Universidad Cheikh Anta Diop de Dakar (Senegal) ante estudiantes, profesores y personalidades políticas. El discurso, en el que Nicolas Sarkozy afirma en particular que « el hombre africano no ha entrado lo suficiente en la historia”, escandalizó por sus clichés sobre el hombre africano y contribuyó a degradar la imagen de Francia en África.
[ii] Nacido el 29 de enero de 1968, es un historiador y arqueólogo francés especializado en África. Es el primer profesor del Collège de France en ocupar una cátedra permanente enteramente dedicada a la historia del África antigua.
[iii] Fauvelle-Aymar, François Xavier. (2013) Le Rhinocéros d’or : Histoires du Moyen Age africain. París: Alma Éditeur.
[iv] Catherine Coquery-Vidrovitch. (2011) Petite histoire de l’Afrique. París: Éditions La Découverte.
[v] Catherine Coquery-Vidrovitch, André Salifou, François-Xavier Fauvelle, etc.
[vi] En el conjunto de África hay más territorios, pero no están reconocidos como independientes. Son Mayotte, Sáhara Occidental, Santa Elena y el Territorio Británico Índico (José-Ramón Ferrandis [2019]. África es así. Instituciones y pobreza. Madrid: Unión Editorial).
[vii] En 1971, el profesor Hubert Deschamps escribía lo siguiente: “Las nuevas fronteras trazadas en Europa a pequeña escala, a veces falsas, eran en la mayoría de los casos líneas rectas o círculos. Toda una abstracción geométrica si tener en cuenta los pueblos. Los casos de la Gambia inglesa esculpida en los pueblos wolof y mandingo cedidos a Francia, los ewe divididos en dos partes: ingleses y alemanes (Ghana y Togo), etc. Este ha sido el pecado original de muchos de los males de las revueltas de Biafra, la de los sudaneses, los males constantes de Chad; en fin, lo absurdo de las particiones europeas de entonces…”
[viii] Lugan, Bernard. (2015) Osons dire la vérité à l’Afrique. Mónaco: Éditions du Rocher.
[ix] Peter Enahoro (nacido el 21 de enero de 1935) es un periodista, autor, empresario y editor nigeriano. También conocido por el seudónimo de « Peter Pan » debido a su popular columna en la revista New African con ese nombre. Ha sido descrito como « quizás el periodista internacional más conocido de África ».
[x] Fernand Braudel fue un historiador francés que revolucionó la historiografía del siglo xx al tomar en consideración los efectos de la economía y la geografía en la historia total. Fue, también, uno de los miembros más destacados de la Escuela de los Annales.
[xi] Olivier Pétré-Grenouilleau es un historiador francés especializado en la historia de la esclavitud. Ejerce como profesor desde 1999 en la Universidad Bretagne Sud y desde 2007 en la Sciences Po de París. En 2009 se unió al grupo de historia y geografía de la Inspección General de Educación Nacional (‘IGEN’, por sus iniciales en francés).
Artículo redactado por Rafael Gómez-Jordana Moya.