Tras quince días en Bata (Guinea Ecuatorial), la semana pasada nos hemos desplazado a Gabón, el otro país coorganizador de la Copa Africana de las Naciones (CAN), más en concreto a su capital, Libreville. La primera impresión aquí es que el ambiente de la CAN es más perceptible. Las banderas con los colores gaboneses decoran las carreteras y las autopistas y, en versión en miniatura, todos los coches. Incluso, los habitantes de Libreville no se resisten al placer de pintarse la cara o lucir en sus ropas los colores nacionales. Gaguie, la mascota de esta edición de la Copa África, aparece por todas partes. Tiro a puerta, control orientado, parada decisiva, Gaguie despliega todo su talento de futbolista en todos los carteles colgados en las grandes arterias de la capital gabonesa.
Antes de que se celebraran los cuartos de final entre Los Águilas de Mali y el país anfitrión, los gaboneses no escondían su satisfacción de estar en el corazón de la gran fiesta del fútbol africano. Sin embargo, la decepción fue tan grande como las esperanzas previas. Las Panteras gabonesas estuvieron a las puertas de la semifinal hasta el minuto 83, cuando el único gol malí les impidió tocar el Grial. La culpa fue de Las Águilas que “no tenían ningún deseo de regresar pronto a casa y lo demostraron sobre el terreno de juego”, según dijo Cédric Kanté, capitán de Mali.
Luego, como por arte de magia, la ciudad calurosa del pasado domingo se transformó en una ciudad silenciosa: ningún coche, ningún claxon, ningún alma paseando por las calles del centro. Al día siguiente de la derrota, el presidente del país, Ali Bongo, pedía a los gaboneses que siguieran siendo buenos anfitriones porque la Copa de África continuaba. Y claro que continuaba en unas semifinales con tres representantes de África occidental, Mali, Ghana y Costa de Marfil.
Después de 1965, 1992, 1994, 2002 y 2006, los africanos del Oeste están en la fiesta. Todo el mundo veía claro a dos favoritos en la final del 12 de febrero. Por un lado, Costa de Marfil, que había realizado hasta ese momento un campeonato extraordinario, ocho goles a favor y cero en contra, y que cuenta con jugadores disciplinados y motivados; por otro, Ghana, cuyas prestaciones desde que comenzó esta edición de la Copa África no habían convencido del todo, pero que con un equipo que cuenta con una media de 23 años ha demostrado una gran madurez.
Las otras dos selecciones semifinalistas eran Mali, un equipo inesperado a estas alturas de la competición que debió batirse en un grupo difícil con Ghana y Guinea, pero que, conducido por su líder moral Seydou Keita, logró llegar muy lejos; y el representante de África austral, Zambia, que está sorprendiendo al mundo del fútbol africano.
Sin embargo, los pronósticos se equivocaron y Zambia finalmente derrotó a Ghana en las semifinales. Enfrente estará Costa de Marfil, en representación del fútbol de África occidental. Los Elefantes han decidido dar más importancia al resultado que al espectáculo desde el inicio de la competición y esta estrategia les ha dado grandes éxitos. Se impusieron en semifinales a Las Águilas de Mali por 1-0 y jugarán la tercera final de su historia. Zambia, por su parte, ha puesto sobre la mesa un ataque eficaz que consigue muchos goles, pero quizás con una defensa menos sólida.
Resumen del partido Costa de Marfil-Mali (1-0)
Mame Fatou Ndoye es periodista deportiva senegalesa y enviada especial a Bata para cubrir la Copa África para la cadena de televisión TFM.
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