Por Gemma Parellada. El relato de África en España es una fantasía. Está deformado e incluso inventado a la medida de los prejuicios. Construido sobre un todo -África- que no existe, se cuenta desde lejos, sin precisión y sin rigor. Y sin vergüenza de falsear. Una bofetada de realidad, por favor.  Y abramos de una vez la puerta a los matices.

No saber leer al segundo continente más poblado del mundo, ignorar a cincuenta y cuatro países y mil millones de personas, es suspender en el ejercicio del periodismo.

En vez de trazar un puente los medios han erigido un muro de tópicos difícil de franquear.

Ser corresponsal e incluso vivir en un lugar que se quiere silenciar es extraño. Ver y no poder contar más que lo que se acomoda a los estereotipos es surrealista. E inquietante ¿por qué se fabrica y se alimenta esta ficción? He llegado a leer que el movimiento de activistas de LUCHA (Lucha por el Cambio) en Congo se había inspirado en el 15M… el día después que liberaran a dos de sus miembros de la cárcel, charlaba con uno de los portavoces de LUCHA en Goma: no sabía ni qué era el 15M.

¿Por qué se maquilla y se esconde la realidad? ¿Por qué  se alimenta el desinterés con mal periodismo? ¿por qué se permite la manipulación? Muchos porqués. Y pocas buenas historias.

Y qué aburrido es este discurso, el de los estereotipos, repetido hasta la saciedad e invocado hasta por los mismo que lo violan. Aburre. Quiero hablar del asesinato no resuelto de Thomas Sankara y de la revolución en su Burkina Faso; o de un ex jefe de inteligencia ruandés asesinado en un lujoso hotel de Johannesburgo; del técnico al que llamaron los golpistas en Mali cuando querían anunciar por televisión que ellos mandaban ahora -y no sabían cómo hacer la conexión- ; de un atardecer en el este de Congo, con un grupo de jóvenes pensando su país y su guerra; o del post racismo en un ascensor que sube a la planta 15 en un edificio de oficinas de Johannesburgo (Sudáfrica); de la noche militar en la ciudad puerto de Merka, en Somalia; o de un asesinato en el barrio de Blokosso, en Costa de Marfil, del que nunca se ha encontrado -ni buscado- a los culpables (bueno, de esto no sé si quiero hablar). Del tren minero de Kolwezi, de los rebeldes de Bouaké que ahora están en el gobierno o de unos surferos en Madagascar. No quiero ni puedo hablar de África.

Que estamos atascados en la fantasía ya los sabemos ¿por qué no elegimos salir de ella?

Los medios y los periodistas somos el problema, pero también somos su solución.

Gemma Parellada (@Gemma_Parellada) es reportera en África subsahariana y lleva desde los 23 años recorriendo, escribiendo y viviendo en el continente. Su base durante siete años fue Sudáfrica y actualmente su hogar es Costa de Marfil, aunque en realidad se considera una nómada en tierras africanas. Es corresponsal de CNN en español, escribe en El País y lleva la corresponsalía de Catalunya Radio y RFI en español, aparte de sus cuadernos de viaje y una muy recomendable web.

[box]Gemma Parellada participará en el I Encuentro de Periodistas África-España, organizado por Casa África y que se celebra el próximo 4 de octubre en Madrid.

Este artículo forma parte de una serie en torno a la comunicación y la información sobre África en España y sobre el panorama periodístico en el continente. Consulta los artículos aquí.[/box]