Las músicas de África suenan en sus calles, en sus mercados y en sus fiestas de familia y amigos. Son muchos siglos de costumbres, de tradición arraigada en las ciudades y los pueblos del continente. Porque el aprecio africano por las músicas viene de antiguo, y porque aún existen familias cuyo principal trabajo es el mantenimiento del patrimonio oral de sus etnias, de sus países. Aunque el incesante caudal musical africano también se ha visto favorecido por el auge de la música en directo. En los últimos años, los conciertos vienen poblando las principales ciudades de África, algunos en el marco de festivales con solera en Senegal o Malí. También en los países del cono sur africano, la presencia de la música en directo se afianza como alternativa complementaria al turismo y a la oferta paisajística. Este programa de Semilla Negra desarrollará un recorrido por las principales citas musicales africanas al aire libre. En la medida de lo posible, se indicarán localizaciones y fechas.
Quizá sea el festival más legendario de todos los que se organizan cada año en el norte de África. A principios de junio, la ciudad imperial de Fez, de historia legendaria por su ciudadela de casas de adobe, la mayor del mundo, convierte sus principales plazas antiguas y palacios en escenarios para el desembarco de grandes artistas africanos y occidentales en el Festival Internacional de Músicas Sagradas. En la edición de 2013, en la ciudad de Fez se dieron cita músicos veteranos como el español Paco de Lucía y la norteamericana Patti Smith, también la cantante portuguesa de fados Ana Moura y jóvenes valores de la música marroquí como Samira Kadiri. Más allá del programa del festival, la cita de Fez reivindica el papel crucial que ha jugado la mítica ciudad del norte de Marruecos como lugar de encuentro entre culturas diversas. En el sur de Marruecos también hay una cita musical anual de solera. Las calles de la vieja ciudad costera de Essaouira acoge a mediados de junio el Festival de Música Gnaoua, en cuya edición de 2013 actuaron Maceo Parker, Omar Sosa y una amplia representación de los sonidos gnaoua. En años anteriores tocaron artistas como Soweto String Quartet, Gonzalo Rubalcaba o Trilok Gurtu.
Otro de los certámenes musicales más arraigados entre los países del África occidental se celebra en una ciudad del norte de Senegal, en el añejo puerto de San Luis. Allí, cada primavera, se reúnen algunos de los nombres más importantes de África y de los sonidos del mundo en el Festival de Jazz de San Luis. Entre los músicos más importantes que han pasado por el festival en sus veintidós ediciones figuran artistas como Randy Weston, Herbie Hancock, Archie Sheep, McCoy Tyner y Manu Dibango. Apoyado por Francia y Bélgica, con ayuda financiera de la Unión Europea, el Festival de Jazz de San Luis contó en su edición de 2013 con las actuaciones del senegalés Baaba Maal, el veterano músico congoleño Ray Lema, el conjunto Africa Jazz Spirit con la saxofonista austriaca Edith Lettner y el laudista tunecino Dhafer Youssef.
Además del festival anual de jazz, la ciudad de San Luis cuenta también con un festival musical dedicado a la presentación de nuevos artistas africanos. Por el Festival Metissons, cuyas tres primeras ediciones se celebraron en la última semana de noviembre, han pasado nuevos valores de las músicas africanas como el grupo senegalés Takeifa, ganador de la primera edición del programa de intercambio cultural Vis-à-Vis impulsado por Casa África; el cantante francés de origen magrebí JB Notché; el cantautor Metzo Djatah, finalista del premio de Radio Francia Internacional en 2011; la cantante de soul-jazz Samüel; y el trío Wato liderado por el tañedor de kora de Casamance Yancouba Diébaté.
El encuentro musical más conocido de la historia reciente de África nació casi por casualidad a las puertas del Sáhara. El Festival del Desierto fue creado en hace poco más de una década para aportar mayor proyección a las músicas del norte de Malí, la gran mina musical entre los países del oeste africano. En un principio, el certamen se localizó en Essakane, una villa rural situada a dos horas por pista de tierra al norte de la mítica ciudad de Tombuctú. Sólo en 2010, a partir de los problemas de seguridad surgidos en la zona, el festival se trasladó a las afueras de Tombuctú. Pero no fue suficiente, a pesar del apoyo explícito dado por figuras internacionales como Bono y Robert Plant: el recrudecimiento de la violencia en los dos últimos años, con alto riesgo de secuestro de viajeros extranjeros, obligó al certamen maliense a otro traslado. Festival del Desierto en el Exilio, que así se llamará hasta que la normalidad permita el regreso a la región de Tombuctú, contó en su primera edición con músicos malienses como base del programa. En dos caravanas viajeras participaron, entre otros, Oumou Sangaré, Tinariwen, Afel Bocoum y Toumani Diabaté en un homenaje a Ali Farka Touré, y el grupo nigerino revelación de la última temporada, Bombino. Más suerte ha tenido el otro gran certamen musical de Malí, el Festival del Níger, que se celebra en febrero en la ciudad ribereña de Segou. En las ediciones más recientes, que han estado dedicadas a las culturas de la resistencia en África, han participado músicos de referencia como Femi Kuti y Salif Keita.
Nuestra ruta por los festivales musicales de África tiene otra cita importante en el primer país del cono sur. En la ciudad sudafricana de Ciudad del Cabo, en el último fin de semana de marzo, se celebra el renombrado Festival de Jazz de Ciudad del Cabo, que va por su edición número dieciséis. Este festival, que ha cambiado de nombre para denominarse Cape Town Nu World Festival, se celebrará los días 17 y 18 de julio, coincidiendo con el fin de semana dedicado a Nelson Mandela, y contará con músicos africanos como el congoleño Kanda Bongo Man, el caboverdiano Tcheka y el sudafricano Aero Manyelo. En ediciones anteriores han participado artistas internacionales como la cantante norteamericana de soul Jill Scott, el pianista español de jazz latino Chano Domínguez y la popular rapera americana Lauryn Hill. Mucho más reciente es la historia del último gran festival musical que se ha sumado a la oferta al aire libre en África. En Mangochi, una localidad situada junto al lago Malawi del país homónimo, arrancó en otoño de 2004 la trayectoria sonora del Festival del Lago de las Estrellas con el apoyo entusiasta de un emigrante que triunfó en Londres, el cantante malawi Esau Mwamwaya, componente del trío angloafricano The Very Best.
Carlos Fuentes (@delocotidianocf) es el autor de Semilla Negra. Periodista y crítico musical, durante las últimas dos décadas ha publicado artículos, entrevistas y reportajes sobre las músicas africanas en periódicos nacionales y en revistas especializadas como Rockdelux o Serie B.
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