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Semilla Negra – Programa 7: La música que salió del gueto

Semilla Negra – Programa 7: La música que salió del gueto
Tres jóvenes en el distrito sudafricano de Soweto.
Tres jóvenes en el distrito sudafricano de Soweto.

Pocas músicas hay en el mundo que se hayan convertido en portavoces de la supervivencia de un pueblo entero. Paradigma de la época de colonización que sufrieron los países africanos, Sudáfrica ha dejado en la memoria histórica del continente el régimen más opresivo que han sufrido las etnias negras. De 1948 a 1994, la minoría de raza blanca formada por oriundos holandeses, británicos y franceses desarrolló una organización social basada en la discriminación por cuestión de color de piel. Sin embargo, la cultura sudafricana negra logró que sus manifestaciones populares tradicionales sobrevivieran a cinco décadas de violencia racial, pobreza secular y falta de oportunidades de progreso. Y en esa lucha constante por un futuro mejor, las músicas jugaron un papel fundamental.

Con cincuenta millones de habitantes, Sudáfrica ha sido siempre el centro de la cultura musical del cono sur del continente negro. De unas primeras influencias europeas derivadas del folclor colonial, country y jazz americanos que llegaban por las estaciones de radio, la música del país ha ido poniendo en valor todas aquellas manifestaciones tradicionales de las diferentes etnias presentes en el país de Nelson Mandela. Miembros de los pueblos zulú, xhosa, sotho, ndebele, shangaan y ndwandwe, entre otros, han estado muy presentes en el desarrollo histórico de los sonidos del vigésimoquinto país más poblado del planeta. Pero la música nunca ha gozado de un escenario cómodo en Sudáfrica.[quote] Ya en los años 50, en los albores del infame apartheid, la policía colonial holandesa se esforzaba por reprimir cualquier actuación callejera de grupos de flautistas en aras, se esgrimía entonces, de no provocar desórdenes entre la ciudadanía.[/quote]

Ya en la década siguiente, años 60, la música popular negra denominada jive fue ganando mayor presencia popular gracias a intérpretes como el bajista Joseph Makwela y el guitarrista Marks Mankwane. También despuntaban las músicas vocales que con los años se convertirían en seña de identidad incuestionable del nuevo sonido sudafricano. Artistas renovadores como Simon “Mahlathini” Nkabinde, el grupo vocal femenino Mahotella Queens y el conjunto Makhona Tsohle se beneficiaron de la aparición de una discográfica clave en la difusión de la música sudafricana. Fundada en 1926, Gallo Records ha publicado a los más importantes músicos del país, desde estrellas de prestigio internacional como Miriam Makeba o Hugh Masekela a Ladysmith Black Mambazo y Stimela.

Miriam Makeba participó en el Comité de la ONU contra el Apartheid (1963 - UN Photo/Teddy Chen)
Miriam Makeba participó en el Comité de la ONU contra el Apartheid (1963 - UN Photo/Teddy Chen)

Con una arraigada presencia del jazz y sus corrientes híbridas con tradiciones sonoras negras, la música de Sudáfrica ha evolucionado con los años hacia los nuevos escenarios urbanos de las grandes ciudades del país, y en especial en Johanesburgo, Durban y Ciudad del Cabo. De la primera ciudad ha surgido una versión contagiosa del hip hop a lo africano, denominado kwaito, y que además posee influencias de la música electrónica disco house y del rock de garaje. Es el relevo generacional en la cultura musical que, por cerrar el círculo histórico, jugó un rol protagonista para alentar las revueltas populares en los barrios de población negra donde prendió la llama del levantamiento contra el apartheid. De aquella época de barricadas y manifestaciones reprimidas a sangre y fuego por la policía colonial blanca recuperamos algunas canciones emblemáticas junto a otros artistas de gran influencia en Sudáfrica como el virtuoso pianista Abdullah Ibrahim, el conjunto de cuerdas Soweto String Quartet con un peculiar homenaje a la aventura africana de Paul Simon y las inmortales voces de Letta Mbulu y Miriam Makeba, la más grande cantante originaria del sur de África.

Junto a este recorrido por Sudáfrica, Semilla Negra completa el programa dedicado al cono sur africano con sonidos procedentes de dos países con ricas culturas mestizas, en este caso de origen portugués, como son Mozambique y Angola. Del primero llegan una banda legendaria, la Orchestra Marrabenta Star, y los menos conocidos Francisco Mahecuane, Venancio Mbandé y el grupo Eyuphuro. Y desde Luanda, la capital angoleña, recuperamos a Bonga, cantante que emigró durante la época colonial para evitar problemas mayores por el hondo compromiso de independencia que plasmaba en las canciones que grabó al frente de la orquesta Semba Tropical. Aunque Bonga continúa en activo, ahora con reconocimiento mundial, su relevo lo ha tomado Paulo Flores, quien hace dos años pudo completar un proyecto de enjundia para homenajear a nombres clave de la conciencia africana. En el disco Ex-combatentes incluyó una simpática canción en clave afrobeat para recordar a Fela Anikulapo Kuti. Y acabamos, tras un breve viaje por Madagascar que ampliaremos en el capítulo monográfico sobre las islas de África, con el homenaje que el grupo zambiano Shalawambe ha dedicado a otro héroe de la conciencia negra, Samora Machel.

Carlos Fuentes es el autor de Semilla Negra. Periodista y crítico musical, durante las últimas dos décadas ha publicado artículos, entrevistas y reportajes sobre las músicas africanas en periódicos nacionales y en revistas especializadas como Rockdelux o Serie B.

Semilla Negra 7 by Casa África on Grooveshark

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