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La historia escondida de la cultura bantú y la etnia fang

La historia escondida de la cultura bantú y la etnia fang
Portada del libro «Cosas del bosque fang». Imagen: Web Iberlibro (https://www.iberlibro.com/COSAS-BOSQUE-FANG-Cat%C3%A1logo-CARTAS-Don/30727374960/bd)

El conocimiento que puede poseer un abuelo o bisabuelo no se puede comparar con la información redactada en un libro que aborde el origen de la historia del ser humano, ya que estos seres tomaban a la madre naturaleza como su maestra.

Al adquirir conocimientos sobre las primeras civilizaciones a través de la cronología, que establece el orden de los acontecimientos históricos en una escala que abarca desde antes de Cristo hasta después de Cristo, se fomenta la curiosidad por descubrir y comprender qué poblaciones, culturas o etnias habitaron la tierra “antes de Cristo”.

Durante la época romana, África era conocida como el continente sin frío, ya que era soleado y los vientos cálidos provenían de allí. En el territorio egipcio del norte de África, al que se le llamaba Kemet (Tierra negra), habitaba el pueblo bantú, el primero en poblar esas tierras y que se asentó en ellas durante miles de años. Dentro de su comunidad, existían diferentes etnias: ekok, bulu, fang, hutus, zulúes, kikuyus, hereros y muchas otras. Se les conocía por su valentía y su corazón guerrero, que luchaba por mantener unido al clan. Además, poseían un amplio conocimiento en diversas áreas como la arquitectura, la artesanía y la agricultura.

La sabiduría de este pueblo provocó su expulsión y persecución desde el norte de África hasta el suroeste de Sudán, donde se vio obligado a residir por un tiempo. Sin embargo, la paz y la tranquilidad duraron poco, lo que los llevó a emigrar adentrándose en las profundas y vírgenes selvas del Congo y Níger. Esto indica que sus perseguidores estaban dispuestos a buscar al pueblo bantú hasta obtener el conocimiento que les faltaba. Por ello, los bantúes tuvieron que separarse, romper la unidad del clan y dispersarse por las zonas central, oriental y meridional de África.

Algunos se preguntarán qué sucedió con estas etnias. Ante esta curiosa inquietud, hablaré sobre el pueblo fang, una etnia que desempeña un papel fundamental en mi identidad.

Cuando cada etnia trazó su destino, el pueblo fang emprendió un largo recorrido que lo llevó a adentrarse en la inaccesible selva ecuatorial, conocida antiguamente como Río Muni, en Guinea Ecuatorial.

Los progenitores de esta tribu tuvieron siete hijos: Afiri, Okak Afiri, los gemelos Mevd y Nden Afiri, Bulo Afiri, Ngue Afiri y Ntumu Afiri. Cuando decidieron tomar rumbo hacia el noroeste, sur y suroeste del continente, se toparon con un árbol que obstruía su camino. Este árbol era el adyap, que simboliza los bosques y las abundantes lluvias. Para poder continuar su travesía, decidieron hacerle un agujero.

A partir de este árbol se estableció el primer poblado fang, conocido como Adyap Mboa en honor al agujero que hicieron en el adyap. El padre de esta tribu, Afiri Cara, instruyó a sus siete hijos para poblar el resto de la selva. Por ello, este majestuoso árbol dio nombre a innumerables poblados. Según la tradición de los ancianos fang, el descubrimiento de este árbol también otorgó nombre al continente africano, ya que el hombre que dio la orden de hacer el agujero se llamaba Afiri Cara.

El adyap es un elemento fundamental en la historia de los bosques, ya que ha proporcionado un hogar a personas que estaban siendo perseguidas y ha preservado la selva, la tradición y la trascendencia. Sobre todo, representa lo importante que es el bosque para el pueblo fang, dado que es fundamental en su vida.

Con el paso del tiempo, el pueblo fang comenzó a formalizar la estructura familiar y el concepto de hogar, ndó-bot, donde el padre y el hijo de la tribu, esa-bot, se encargaban de administrar los bienes de la tribu. Además, estableció oficialmente la Casa de la Palabra, abá o abeiñ, un espacio comunitario donde el uso de la palabra y las expresiones eran los protagonistas de las asambleas. En estas, levantar la voz en el turno de la palabra implicaba la responsabilidad de resolver los contratiempos que surgían en la comunidad. Este lugar también cumplía otras funciones: servir como punto de reunión para juegos, ser el escenario donde los sabios compartían su sabiduría y ser un centro en el que el fuego ardía para brindar calma y un sentimiento de acogida a todos los presentes.

El progreso de este pueblo no se evidenciaba únicamente en la construcción de un pueblo en el que todos debían respetar las leyes, sino también en las cualidades que poseían. El pueblo fang se caracterizaba por su cariño y respeto, creando así un ambiente armonioso y otorgando cada vez más importancia a la vida familiar. El cuidado de los hijos estaba por encima de todo, ya que ellos eran el futuro de la tribu. Por ello, se les encomendaba la tarea de preservar el nombre de la tribu frente a los adversarios, honrando así a sus antepasados y al conocimiento que transmitieron de generación en generación.

¿Y la mujer? ¿Qué papel desempeña la mujer fang? ¿Está predestinada desde su nacimiento? ¿En qué ámbitos destaca su importancia?

El nacimiento de una niña en la comunidad fang se anuncia cuando las mujeres mayores le piden al padre que traiga la cesta, nkúeñ, un objeto que se utiliza para la pesca y la recolección de alimentos en la finca. Sin embargo, este acto no es suficiente para definir el papel que desempeñará la mujer fang a lo largo de su vida, ya que en sus manos reside el conocimiento de todo un pueblo. Un proverbio fang afirma: sin la mujer, el hombre no hubiera dado ni un solo paso adelante.

En la fase del casamiento, acuru mbom, la nuera se sienta sobre las piernas del suegro. Esta imagen es similar a la de una madre cogiendo a su bebé en brazos para amamantarlo, y podemos interpretar este gesto como si la mujer se convirtiera en madre e hija del pueblo de su esposo, asumiendo la responsabilidad de cuidar y administrar la herencia de la comunidad. El propósito de la mujer no consiste únicamente en formarse a sí misma, sino también en formarse para formar al pueblo.

Sin la mujer, el hombre fang no podría comprender el mundo. Las ideas y quejas que se discutían en la casa de la palabra (el parlamento del pueblo fang) se las proponían las mujeres fang a sus maridos en la cocina, akosína, que para los fang es el lugar donde se cultiva la riqueza del pueblo y donde las personas son bendecidas. Estas ideas se proponían un día antes de asistir a la Casa de la Palabra y si no se llegaba a un acuerdo se rechazaban al día siguiente. Mientras el hombre desempeñaba el papel de protector de la familia, la mujer era la que le daba vida, cuidado, seguridad y prevención al pueblo.

La etnia fang mantiene tradiciones por el bien de la familia y el pueblo, donde los roles de la mujer y el hombre desempeñan una función importante para conservar el legado.

Asimismo, la palabra en el discurso de los fang busca respetar los derechos individuales e implementar decisiones justas para la comunidad. Sin embargo, no debemos olvidar que este grupo étnico tuvo un pasado guerrero, lo que implica que en ocasiones deben enfrentar el desafío de comunicarse y escucharse mutuamente.

Mil años podrá pasar la hoja de un árbol durmiendo bajo las aguas de un río, pero nunca se convertirá en un pez. Proverbio africano


Referencia bibliográfica

De Aranzadi, I., Roca, J., y Nsue, M. (s.f.). Cosas del bosque fang. Editorial: Ayuntamiento de Madrid, 1998.

Artículo redactado por Isabel Castellano Engo.

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