Convendrá conmigo en que una de las figuras más importantes del Islam en Senegal, en su calidad de fundador de la cofradía de los Murides, es Cheikh Ahmadou Bamba Mbacké conocido también con el nombre de Khadimou al-Rassoul o el de Serigne Touba. Fue fotografiado cuando tenía 42 años. Así pues, su figura es muy conocida por el mundo, especialmente en África, por medio de esa fotografía, retrato ejecutado en 1895.
El hallazgo reciente, en Francia, de una serie de “fotografías auténticas” de Serigne Touba, ha dado mucho que hablar en Senegal, país que durante mucho tiempo infravaloró la imagen fotográfica. Los colonos, al contrario, utilizaron considerablemente la fotografía en sus relatos de viaje por el continente africano. El fundador del Muridismo no escapó a sus tomas de vista. La imagen fotográfica es una representación revolucionaria respecto de la imagen desde su invento en 1839, oficialmente, en Francia. Ella sigue haciendo hablar de ella regularmente. No es real. Pero es una copia estricta o radical de lo real. En resumidas cuentas, se trata de una representación visual de una opinión, o una visión personal sobre un determinado tema, un acontecimiento.
Describir el rostro de un personaje a través de una fotografía no es en absoluto una empresa fácil. Por primera vez, a petición de mucha gente, aporto mi experiencia al analizar esta imagen que se atribuye a Serigne Touba. La imagen fue publicada en un sitio de Internet lanzado en 2000, propiedad de Sébastien Delcamp. Fue repercutida por los canales sociales y por varios medios de comunicación en línea. Procedo a analizar la imagen vista en Internet, porque nos muestra, por supuesto, algunas cosas interesantes.
Pero, advierto de entrada que es demasiado pronto, demasiado prematuro, manifestarse sobre la autenticidad de la imagen. En primer lugar ¿cuál es el formato de la imagen original? ¿Ha sido esa imagen modificada, retocada con Photoshop o cualquier otro programa informático? ¡Puedo afirmar, desde mi experiencia de treinta años, que sí! La marca de firma roja sobre la foto corrobora mi afirmación que la fotografía ha sido trabajada posteriormente. No se puede firmar una foto en concreto sin antes pasar por un programa informático. ¿Ha sido la imagen pretendida recuadrada respecto de la imagen original? Sería muy interesante disponer de la foto original para poder comentar el tipo de impresión, el formato, la naturaleza del papel foto, entre otros aspectos.
Lo que sabemos de esta “imagen” de Serigne Touba es que no es real. Se trata de una foto de un grupo tomada de día. La imagen está en blanco y negro. En el primer plano: se ve una escena en la que se puede observar a siete personajes de estatura mediana en pie, todos ellos con vestimentas africanas y un oficial europeo, a la derecha de la imagen, con su uniforme blanco, su tocado blanco y sus botas negras. Lo que deja claro que se trata de un oficial francés del período colonial. No parece interesarle gran cosa el aparato fotográfico. Con un expediente entre manos, deja suponer que sabía leer o que, por lo menos, le daba importancia a las escrituras, a su expediente.
La figura principal de la foto (supuestamente la de Serigne Touba) lleva calzado tradicional africano, con las manos en la espalda, y lleva puesto un gran bubú blanco de manga baja, un gorro y un fular que le tapa casi por completo su rostro frente al aparato fotográfico. Su mirada que se dirige hacia el oficial francés, parece esperar algo. La interpretación del autor de la imagen está por supuesto vinculada a un contexto político o cultural.
Se puede suponer que se trata pues de la fotografía de un acontecimiento, de temática política o cultural, en el que se puede identificar el contexto oficial gracias a la presencia del oficial francés. La imagen está en un plano mediano que se interesa mucho menos por el decorado y mucho más por las personas. Tiene su lenguaje propio, son sus propios códigos, y varias funciones: comunicar, convencer, conducir, criticar, revelar, despistar, examinar, persuadir, seducir, deslumbrar, etc.
En un segundo plano, unos personajes descalzos rodean casi por completo a la figura principal, uno de ellos se sitúa a corta distancia. Separa, en la foto, a la figura principal del personaje europeo. En el plano posterior, se puede observar la cara de un hombre joven que permite pensar en su curiosidad. Una casa moderna mucho menos visible detrás de él se encuentra detrás de la figura principal.
Resumiendo, se trata de una foto clara y expresionista cuyo ángulo de toma de vista le confiere particularidad y fuerza. La imagen ofrece una impresión de solemnidad y de gravedad: las siluetas se muestran razonablemente rectas y relativamente atrayentes. Ciertos personajes están visiblemente inmersos en una situación de trabajo de cierta importancia mientras que otros parecen tan solo preocupados por la curiosidad.
Se puede suponer también que esta foto informa sobre una ceremonia religiosa. El ambiente cordial y la luminosidad moderada dejan pensar que fue tomada en un momento en el que había bastante sol. El contraste de la luz ilustra bastante bien la necesaria sabiduría que requiere el acontecimiento. El “Islam” está bien materializado en la iluminación de la imagen. Cuanto más se dirige el sol hacia la figura principal, más aparece la luz. Lo que lleva a pensar en la bondad.
Nacido hacia 1853, después del invento de la fotografía, Cheikh Ahmadou Bamba es un sufi senegalés que murió el 19 de julio de 1927 en Diourbel, en el centro del país. Su imagen visual conocida, tomada por un colón, no puede pasar desapercibida en el país. Total que, en 1918, año de la colocación de la primera piedra de la gran mezquita de Diourbel, si alguien podía poseer un aparato de foto, no podía ser sino un colón. En esa época ellos eran los únicos que podían poseer el útil fotográfico en África.
Varios archivos muestran fotografías tomadas por colonos franceses de personas senegalesas. Investigaciones académicas llevadas a cabo sobre historia de la fotografía en Senegal y en África por especialistas como el periodista-investigador senegalés Amadou Ba, confirman la iniciación de los primeros fotógrafos senegales a la fotografía por colonos franceses. Sin embargo, es necesario para Senegal comprobar la autenticidad de toda foto de personajes históricos que vivieron en el país de 1839 a 1960. Trabajo de investigación que debería afinarse más para ciertas fotos: formato, naturaleza del papel foto, fecha de la toma de vista de esos personajes históricos.
Mañana, otros vendrán a decir: he aquí una foto auténtica de alguien del que nadie hasta ahora ha visto una imagen fotográfica. Sabemos que solo Francia, Europa pueden mostrarnos fotos originales de los personajes históricos de África del Oeste, suponiendo que hubieran sido fotografiados. La Francia de la época colonial podría ignorar o no reconocer nuestros personajes históricos, que lucharon contra ella para preservar su dignidad, su autonomía o sus creencias que estaban en juego.
Serigne Touba relata en sus escritos: “La única ciencia útil es aquella que la persona ha aprendido y enseñado exclusivamente por el amor de Dios Muy Alto. Pero no aquella aprendida para disputas y controversias, ni para la gloria, el prestigio u otras vanidades. Tampoco aquella aprendida para finalidades puramente mundanas tales como el amor, la autoridad y el acceso a altas responsabilidades. Ni aquella aprendida con la finalidad de atraer a los corazones en sí mismos al amor de este bajo mundo.”
Ps: Quisiera llamar una atención particular sobre la serie de las supuestas fotos en las que algunos han descrito a un personaje europeo como un arquitecto. En la serie de esas supuestas imágenes que hemos analizado personalmente, hay otros oficiales franceses (4 por lo menos) presentes en todas las fotos y no solamente a uno que sería Jean Geoffre. Uno de ellos, supuestamente el Dr. Geoffre, más o menos visible, lleva zapatos negros y otro, menos visible, zapatos blancos.
Mamadou Gomis es fotógrafo e investigador y presidente de la Federación Africana de Arte Fotográfico (Siglas en francés: FAAP).
Este texto ha sido publicado originalmente en francés en distintos medios y ha sido traducido al español por Pedro Suárez.