Se crió en Senegal entre fogones, con sabores que hoy replica en nombre de su madre. Nicole llegó hace 26 años a Canarias y ha decidido que la forma de agradecer a esta tierra sus ciudadanos es compartiendo todo lo que ha aprendido. Y lo va a devolver en sabores que nos transportan a África. No reniega, sin embargo, de su “mitad española, no sería justo” decir que es sólo Senegalesa, comenta.
Para Nicole, este ha sido el año en el que se ha lanzado a abrir su propio negocio. Entiende su cocina también como un puente entre dos culturas “para que el intercambio sea reciproco” y los canarios puedan conocer la cultura africana de su mano. Pero, más allá de solo la comida, Nicole lleva el mestizaje canario senegalés en su forma de vestir o su forma de decorar, sin perder detalle, siempre consciente de que ella supone un puente entre dos países e incluso dos continentes. Habla con una gran sonrisa de su doble sentimiento, sin decantarse por uno ni por otro.
“Cuando llegué, para mí fue un pum dejar todo atrás, como le pasa a la mayoría de la gente, no conocer a nadie… fue muy difícil”, explica Nicole, vestida con un traje senegalés “pero con colores de España”, asegura orgullosa. Tal fue el impacto de llegar aquí que a los 8 meses de haber nacido su hijo, volvió a Senegal. Tras un tiempo en Senegal, sin embargo, decidió volver a Canarias en busca de una oportunidad laboral.
Desde entonces no se ha dedicado sólo a la comida, ha trabajado también como traductora para los inmigrantes que llegaban hasta aquí, pero ha sido mucho más que sólo la persona que les acompañaba a gestionar su situación, ha sido “madre, amiga, psicóloga…”. Cuenta Nicole que cuando trabajaba con los recién llegados les intentaba explicar la situación, y muchos no le creían, “por la mafia o por lo que les hacen ver pero la mayoría no saben la realidad, sino, no vendrían”, opina.
Echa de menos de Senegal pasar las fechas señaladas como el 24 de diciembre en el que “hay mucho ambiente; la gente come, baila…” menciona con una sonrisa pero con los ojos brillantes de emoción.
Su negocio ahora lo define como “un parto, un sueño hecho realidad”. No ha contemplado abrir un restaurante porque, después de ver la experiencia de su madre, considera que es “un trabajo muy esclavizado”. Su catering ahora le permite cocinar “a ratos” en eventos donde convierte el lugar en un espacio marroquí, senegales o caboverdiano con una pincelada de Canarias, la mezcla que refleja su vida.
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Marta Hidalgo es periodista y actualmente está realizando su periodo de prácticas de empresa en el área de Medios de Comunicación de Casa África.