La población de África Occidental continúa en aumento a uno de los ritmos más acelerados de cualquier región del mundo. Además se prevé que se expanda de los 367 millones de habitantes en 2015 a 538 millones para el año 2030. Esto incrementará de forma inevitable la densidad de población en la región, de forma que aumentará también el número de interacciones transfronterizas. Estas interacciones serán vitales si la región aprovecha las oportunidades económicas que presentan los mercados en crecimiento y los dividendos demográficos. Sin embargo, dichas interacciones son igual de cruciales a la hora de contrarrestar ciertos retos como los que generan los grupos armados, el cambio climático o el comercio ilegal. En efecto, la epidemia del ébola que transcurrió entre 2013 y 2015 evidenció el importante papel de la cooperación transfronteriza cuando nos enfrentamos a retos que no conocen fronteras.

La cooperación transfronteriza se encuentra a medio camino entre la integración regional y el desarrollo local; se puede expresar por medio de distintos niveles y está determinada por una multitud de factores físicos, políticos y sociales. Por esta razón, se ve afectada por un gran número de políticas públicas. Por lo tanto, ¿cómo se pueden mejorar e implementar rápidamente estas políticas, cuando esta responsabilidad recae en los gobiernos nacionales y en las organizaciones regionales? ¿Cómo reconciliar los procesos básicos con las prácticas de las grandes instituciones para formar y moldear las políticas públicas? ¿Cómo adaptar las políticas públicas a las dinámicas transfronterizas para crear un marco óptimo para la integración regional?

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE)  acaba de publicar un informe que proporciona las bases analíticas para responder a estas preguntas. El informe Cooperación transfronteriza y redes de colaboración política en África occidental analiza este fenómeno con respecto a su potencial, la situación actual de la región y las prioridades para su desarrollo. Evalúa, por tanto, cómo estos tres elementos se entrecruzan, y presenta las políticas públicas más efectivas para mejorar la cooperación transfronteriza.

El potencial de cooperación se mide mediante el uso de análisis innovadores de siete indicadores regionales que identifican en qué medida las disparidades sociales, económicas y políticas o son una fuente de sinergias o actúan como obstáculos de la cooperación transfronteriza. Tantos los macroenfoques como los enfoques sobre el terreno se emplean para examinar la diversidad de organizaciones y de actores individuales involucrados en la integración regional en África Occidental, antes de que más mapeos establezcan qué regiones se beneficiarán más de los mayores esfuerzos en cooperación transfronteriza, así como qué organizaciones estarán mejor situadas para fomentar estas actividades.

Resultados clave
Las conclusiones del informe refuerzan la necesidad de políticas de cooperación transfronteriza al mostrar que, a través de innovadores análisis de redes sociales, el potencial concreto para la cooperación es significativo, sobre todo en el Sahel. El document también destaca particularidades locales, que con frecuencia se perciben fácilmente sobre el terreno, pero que son difíciles de medir y que con frecuencia no dan cuenta de ello a la hora de elaborar estas políticas.

El informe ilustra la naturaleza de las conexiones, la relevancia de los actores y la arquitectura de las redes, todo lo que tiene un impacto directo en los comportamientos de las redes. El análisis de las relaciones de poder dentro de las redes de políticas transfronterizas revelan que las regiones demuestran diferentes características significativas. Las amplias redes en África Occidental se construyen en torno a un número limitado de actores con distintos orígenes, que mantienen relaciones estratégicas con otros actores con buenos contactos. En la cuenca del río Senegal y en la cuenca del lago Chad, por ejemplo, la balanza de poder cae a favor de los cuerpos gubernamentales y de las organizaciones ad hoc. Esto es un brusco contraste en comparación con la red de cooperación de Liptako-Gourma, que se caracteriza por unas relaciones de poder aún más equilibradas y por un diverso abanico de actores gubernamentales y no gubernamentales.

Según la OCDE, el área de Lagos-Cotonú, Dendi, el país Hausa, la frontera entre Togo y Burkina Faso, y el triángulo Sikasso-Korhogo-Bobo Dioulasso se perciben como áreas prioritarias para que los responsables políticos expandan la cooperación transfronteriza.

[box]En el sitio web de la OCDE puedes leer el informe Cooperación transfronteriza y redes de colaboración política en África occidental en inglés y francés. Traducción: Anabel Moreno Vargas [/box]