Por Ángeles Jurado. Iniciamos el confinamiento con el espíritu algo disperso, aunque intentando anclarlo a un libro: Volver a casa, de Yaa Gyasi. Era el título propuesto en el club de lectura de Casa África a finales de febrero, que se preveía que comentáramos en los últimos días de marzo. O así se planeó antes de que el coronavirus hiciera acto de presencia, desbaratándonos a todos la agenda. Tras la declaración de la pandemia que nos ha virado la vida a todos, acabamos destripándolo en un parque, entre gritos de niños y loros fugitivos, termos de cafés y mascarillas, cintas métricas y galletas de Santa Lucía. Corría el mes de junio y todavía teníamos el susto pintado en la cara.
Gyasi nació en Ghana en 1989, hija de un profesor de francés y una enfermera, y emigró a Estados Unidos con su familia cuando tenía dos años. En 2009, armada con una beca de la Universidad de Stanford, viajó de vuelta a su país natal para investigar para el libro que sería su primera novela. Tenía 19 años todavía y la visita que hizo a uno de esos viejos fuertes costeros donde se “almacenaba” a las personas capturadas en el interior de África para enviarlas como esclavos al oeste y norte del planeta marcó el rumbo de su ópera prima. Invirtió siete años en trabajar su novela, como explica un artículo que apareció en 2017 en El País, coincidiendo con su traducción y publicación en español (gracias a Salamandra) y con la recepción del premio PEN al mejor debut de ficción. Su obra creó una enorme expectación, puesto que fue objeto de una millonaria puja entre casas editoriales antes de ser publicado y recibió excelentes críticas. El National Book Award la incluyó entre los cinco autores menores de 35 a destacar ese año y recibió el premio de la crítica.
Volver a casa cautiva entrelazando la historia de las dos ramas de una familia maldita, desde la época de la trata negrera y los primeros pasos de la colonización en África hasta nuestros días. Describe las guerras entre asantes y fantes y contra los ingleses y la efervescencia de las prometedoras independencias africanas, cuando seguimos a la familia que se quedó en Ghana. Cuando tomamos el barco con la otra, comprendemos la construcción de Estados Unidos sobre las espaldas, el sufrimiento y la negación de la humanidad de millones de personas, las leyes de segregación, el movimiento por las libertades civiles, la epidemia de la droga en los barrios negros bien avanzado el siglo pasado o el racismo institucionalizado hasta hoy. Fascina al mezclar historia y ficción y llevarnos de la mano por los últimos tres siglos a caballo entre dos países y nos lanza brutalmente a la realidad de hoy con nuevos ojos, más clarividentes. Se entiende la ira afroamericana, el #BlackLivesMatter y la sensación de vulnerabilidad y espanto que transmiten autores como Ta-Nehisi Coates.
Siguiendo la estela del interés que nos despierta Gyasi, nos gustaría proponer otros libros que hablan de nuestra historia común, fruto de la creatividad de la diáspora y la afrodescendencia y saliéndose de los márgenes de lo que a veces se etiqueta como “literatura africana”.
EL FERROCARRIL SUBTERRÁNEO
Una de las obras que nos ayuda a entender mejor y profundizar en una de las historias que nos narra Volver a casa es El ferrocarril subterráneo, de Colson Whitehead.
Colson Whitehead nació en 1969 en Nueva York. Finalista del PEN/Hemingway con su primera novela, La intuicionista (Mondadori, 2000), ha publicado media docena de novelas y el libro de ensayos El coloso de Nueva York (Mondadori, 2005). Ha sido finalista del Premio Pulitzer con Los días de John Henry (2011), finalista del PEN/Oakland Award con Apex Hides the Hurt (2006) y del PEN/Faulkner con Sag Harbor (2009). Zona Uno (Planeta, 2012), novela sobre una Nueva York post apocalíptica acosada por los zombis, fue un best seller para The New York Times. En 2014, publicó The Noble Hustle: Poker, Beef Jerky & Death, una crónica del mundial de póker. Su penúltima novela, El ferrocarril subterráneo, ha sido galardonada con el Premio Pulitzer 2017 y con el National Book Award de 2016. La última es The nickel boys, cuyo primer capítulo se puede leer y escuchar en la voz de Whitehead aquí. Es profesor en la Universidad de Columbia y la de Princeton y ha recibido las Becas Guggenheim y MacArthur.
Random House publicó El ferrocarril subterráneo hace ya tres años y Babelia le dedicó una reseña coincidiendo con su aparición en español. Se centra en un episodio real de la historia norteamericana: la creación de una red de comunicaciones y personas que propició que unos 100.000 esclavos cautivos en el sur de Estados Unidos pudieran escapar hacia zonas libres en el norte. Como explica Eduardo Lago: “El ferrocarril subterráneo es una novela compleja y exigente, escrita con una prosa que destila belleza y potencia. Whitehead hace gala de una gran destreza técnica, logrando una voz de gran elasticidad”. La narración indigna, entristece y subyuga a partes iguales. Whitehead es un maestro de la escritura y nos abre la puerta a una parte de la historia de la esclavitud bastante desconocida y que despierta el apetito por conocer las historias de otros referentes como Harriet Tubman, explorar la historia afroamericana que se nos ha negado y descubrir otras resistencias.
BOY, SNOW, BIRD
Helen Oyeyemi es una autora de letra densa, mágica. Sus textos se saltan todas las convenciones y tienen una profunda raíz vivencial y filosófica, como ella misma explicó en una entrevista en El País. Acantilado publicó una de sus novelas, El señor Fox, y una colección de cuentos simplemente deliciosa, plagada de llaves, referencias inesperadas, conocimientos sorprendentes y vericuetos extraños: Lo que no es tuyo no es tuyo. Ahora reincide con una novela: Boy, Snow, Bird.
Vaya por delante que no es una autora fácil. Nació en Nigeria en 1984 y se trasladó con su familia, siendo niña, a Reino Unido. Es autora de ocho libros, ampliamente reconocidos por lectores y críticos, que la han hecho merecedora de diversos galardones. En 2013 fue incluida en la lista Granta de los mejores jóvenes novelistas británicos. Vive en Praga desde hace años y no le van las etiquetas o que la hermanen con escritores de una trayectoria vital semejante, como Teju Cole o la omnipresente Chimamanda Ngozi Adichie. “Soy británica”, afirmó en la entrevista que le hizo Andrea Aguilar en Barcelona. “Y no me siento arraigada en ninguna tradición más que en la que me he formado con mis lecturas”.
En su novela Boy, Snow, Bird, Oyeyemi se vuelve a inclinar por la magia, sumergiéndonos de paso en una historia de hadas anclada en el Massachusetts de la segunda mitad del siglo pasado. Son tres mujeres las que van desmadejando la historia, original, audaz y sorprendente como todo lo que esta singular autora toca.
NIÑA, MUJER, OTRAS
Alianza acaba de publicar esta novela coral, que compartió el premio Man Booker con Margaret Atwood el año pasado y que habla de las experiencias y las historias entrecruzadas de doce mujeres negras. Bernardine Evaristo elige tejer este tapiz humano desde su base en Gran Bretaña. Babelia la convirtió en su portada el mes pasado, reseñando que es la primera mujer negra que logra el Booker. “Escribo en oposición al statu quo, con la voluntad de perturbarlo y de alejarme de la norma social y cultural”, le dijo entonces a su entrevistador, Álex Vicente. “Formalmente, mis libros toman direcciones muy inesperadas. No son la marca de un escritor guiado por el oportunismo”. Niña, mujer, otras se desparrama en 500 páginas de palabra desbocada y Barack Obama incluyó a su autora entre sus lecturas favoritas del año pasado, poniéndole el foco encima. La obra de Bernardino nos lanza hacia el futuro y también hacia el pasado reciente, entroncando con la herencia de autoras como Alice Walker o Toni Morrison.
Evaristo nació en Londres en 1956, hija de un soldador nigeriano que arribó a Inglaterra en 1949 (y futuro primer hombre negro que ofició en el Consistorio municipal de Greenwich) y de una maestra inglesa de ascendencia irlandesa y alemana. Al terminar sus estudios de interpretación, fundó el Theatre of Black Women, el primero de ese tipo en su país, “convencida de que nadie escribiría para ella más que papeles de criminales y sirvientas”. Durante años, sobrevivieron a base de subvenciones, hasta que se quedaron sin dinero y Evaristo “se puso a escribir novelas, todas ellas inéditas en castellano, que imaginaban genealogías alternativas de la negritud británica”. Es autora de una ingente producción literaria que incluye novela, poesía, ficción en verso, relato corto, ensayo, crítica literaria, teatro y radionovela. Es profesora de Escritura Creativa en la Brunel University, en las afueras de Londres.
Niña, mujer, otras se fundamenta en su interés por la diáspora africana, a la vez que se presenta como el culmen de su experimentación en la mezcla de verso y prosa, un estilo que ella denomina fusion fiction. La novela de la que hablamos transita desde Newcastle a Cornualles, desde principio del siglo veinte hasta las adolescentes del veintiuno y habla fundamentalmente de la búsqueda. Vicente resalta que la autora “ha firmado un libro muy arraigado en el presente, lleno de referencias a la cultura de la celebridad, la omnipresencia de las redes sociales y los debates interseccionales, que convoca a Netflix, a Roxane Gay y a todo tipo de identidades no monolíticas”.
EL ENIGMA DEL PÁJARO AZUL
Un viejo conocido de nuestro club de lectura es Nii Ayikwei Parkes, un ghanés polifacético, editor, melómano, poeta, narrador para niños y mayores, que nos visitó en la presentación de Doce relatos urbanos y se dejó una bolsa de garri para cocinarnos en el futuro. Nosotros le hicimos mojos con habaneros y tortillas de papas y le compramos dulces. Nos recompensó dejándonos escucharle cantar, un privilegio que disfrutamos embelesados.
Parkes nació en el Reino Unido, pero se crió en Ghana, donde asistió el colegio Achimota. Posteriormente, se trasladó a Reino Unido a estudiar en la Universidad Metropolitana de Manchester. Durante sus estudios, debutó como poeta y formó parte del grupo Black Writer’s Group of Commonword. Ha interpretado sus poemas en Reino Unido, Europa, Ghana y en los Estados Unidos. En el año 2007, fue escritor residente, invitado por el British Council, en la Universidad de Los Ángeles, California, y recibió el premio ACRAG de Ghana a la poesía. Formó parte como uno de los escritores más jóvenes y prometedores del programa de poetas Poems on the Underground en Londres, con su poema Tin Roof. Autor del libro de poemas The Makings of You y de la novela híbrida Tail of the Blue Bird, ésta se ha traducido al holandés, alemán, español, francés, italiano, catalán y japonés. La traducción francesa de la novela ganó el Prix Baudelaire, el Prix Mahogany y el Prix Laure Bataillon de 2014 y fue seleccionada por la revista literaria LIRE como el Mejor Primer Libro Extranjero del año en 2014. Nii Ayikwei Parkes escribe para niños bajo el nombre de K. P. Kojo y es el fundador y editor principal de Flipped eye publishing. En 2014, fue seleccionado como uno de los 39 autores africanos más prometedores de la nueva generación para el Proyecto Capital Mundial del Libro África 39 y es el actual productor de Literatura y Charlas en el Brighton Dome & Festival. Parkes es responsable de varios proyectos de animación a la lectura y la escritura, desde Overnight write o African writers evening en Accra al festival de Brighton, pasando por el Centro Ama Ata Aidoo, ligado a la universidad en Accra, o la publicación de diferentes obras colectivas de poesía.
Finalista del Commonwealth Prize, El enigma del pájaro azul es una novela negra publicada por Club Editorial en 2017, que se desliza a caballo entre la modernidad de Acra y los pueblos tradicionales perdidos en el campo ghanés. Sonia Fernández le dedicó una entrada en su blog, Literáfricas, y dijo: “La trama se desliza sin apenas obstáculos y el interés se va acrecentando sin que pierda pulso. Entre lo urbano y lo rural, el inglés y el twi, lo moderno y lo tradicional, lo científico y lo artesanal, las relaciones entre el que domina y el que es sometido, la curación por pastillas o mediante el uso de hierbas, o entre la magia y la realidad, son algunos de los extremos entre los que se mueven los personajes de esta novela en la que un pájaro azul, bello como nadie, ¡ay, la belleza¡, crea un conflicto unido a la necesidad de más poder, mientras nos interna en universos antagónicos obligados a mezclarse y retroalimentarse”.
Es el libro que comentaremos al regresar del verano y una obra con gusto a oralidad, a respeto por el otro, a reverencia por la historia y la lengua, que se devora velozmente y con alegría, casi en un arrebato.
BRUJA AKATA
Y para cerrar la lista, una novela juvenil que se puede leer a cualquier edad y que Nocturna publicó a finales del año pasado, Bruja Akata.
Cuenta la historia de Sunny Nwazue, una adolescente que vive en Nigeria, aunque nació en Nueva York. Tiene esa piel despigmentada, traslúcida, tan cargada de significados en algunos contextos africanos: es albina. Juega al fútbol con maestría, pero no puede practicar deporte bajo el sol. Su madre le oculta la historia de su familia y su padre parece estar siempre irritado con ella, amenazador, pendiente de un posible castigo. Sus hermanos la tratan con condescendencia y no acaba de adaptarse a su nuevo centro de estudio. En resumen, no parece encajar en ningún sitio… Hasta que un día ve el fin del mundo en la llama de una vela. Lo que parecía ser una alucinación es lo que la acaba uniendo a otros tres chicos en su misma situación: tiene habilidades mágicas. Cuando Sunny y sus nuevos compañeros empiezan a seguir el rastro de un criminal que también domina la magia, lo visible y lo invisible se funden en una realidad que, como pronto descubren, no para de transformarse. Con esta historia, a Harry Potter le ha salido una competidora, escuela y mundos paralelos incluidos, y sería defendible la opinión de que Sunny Nwazue vuelve a Harry anodino.
La autora de esta ficción es Nnedi Okorafor (Cincinnati, Ohio, 1974). De ascendencia igbo, es hija de padres nigerianos que fueron a Estados Unidos y no pudieron volver por la guerra de Biafra. Tras estudiar y afincarse en Estados Unidos, comenzó a escribir relatos en 1993 y en 2005 publicó su primera novela. Desde entonces, ha ganado los principales premios de la literatura fantástica y de ciencia ficción: el Hugo, el Nebula, el Locus y el World Fantasy Award. Algunos de sus libros más destacados son Binti (Crononauta, 2018), Quien teme a la muerte (Crononauta, 2019) y Bruja Akata (Nocturna, 2019), cuya historia continúa en un segundo tomo de próxima publicación. En la actualidad imparte clases en la Universidad de Búfalo, en Nueva York, y compagina la docencia con la escritura. Ya ha creado tres personajes femeninos que podemos leer en español: Sunny, Binti y Onyesonwu, las tres unidas por la magia, África y las tradiciones.
Nuestras recomendaciones no se limitan al verano: queremos continuar maquinando nuevas lecturas para el otoño, que inaugurarán un último cuatrimestre enganchados al libro, a las puertas de una navidad lectora, suponemos que todavía a medio gas, entre incertidumbres y nuevas certezas. Prometemos, en la próxima, salirnos de los textos anglófonos, del triángulo Ghana-Nigeria-Kenia más Sudáfrica y bucear entre las posibilidades originalmente concebidas en francés, portugués o español. También seguir aventurándonos por las sendas marcadas por la diáspora y la afrodescendencia.
Les deseamos salud y ánimo y, en cualquier caso, un feliz verano que les regale la oportunidad de leer bien, en buena compañía.
Ángeles Jurado es periodista y forma parte del equipo de Medios de Comunicación de Casa África. Además, es la coordinadora del Club de Lectura Antonio Lozano de Casa África.