La premiada novelista nigeriana Chimamanda Ngozi Adichie vuelve con Dream Count, su nueva novela. Han pasado más de diez años desde que publicó su anterior obra, Americanah, tras el éxito internacional de Medio sol amarillo y La flor púrpura.
La obra de Adichie es objeto de estudio habitual en el ámbito académico, especialmente por parte de especialistas en literatura africana como Daria Tunca, quien nos cuenta de qué trata Dream Count y si realmente merece la pena leerla.
¿De qué trata la historia?

Dream Count narra las historias entrelazadas de cuatro mujeres africanas. La novela recoge sus ilusiones, sueños y luchas, alternando recuerdos de su infancia y juventud con escenas ambientadas en el presente narrativo: la pandemia de COVID-19.
La primera de ellas es Chiamaka, una escritora de viajes que vive en Estados Unidos y que proviene de una familia acomodada de Nigeria. Buena parte de su vida adulta la dedica a la búsqueda de la pareja romántica ideal.
A su historia le sigue la de su amiga Zikora, una abogada nigeriana que también vive en Estados Unidos y que da a luz a un niño tras haber sido abandonada por su pareja.
La tercera parte está dedicada a Kadiatou, señora de la limpieza guineana de Chiamaka. Kadiatou sufre una agresión sexual por parte de un huésped poderoso en el hotel donde trabaja como limpiadora; una historia inspirada en el caso real de Nafissatou Diallo y Dominique Strauss-Kahn.
El libro concluye con la historia de Omelogor, prima de Chiamaka, una banquera residente en Abuya, la capital de Nigeria. Además de su trabajo en el banco, Omelogor se dedica a otras dos cosas: por un lado, lleva una página web en la que ofrece consejos de vida a hombres; por otro lado, se dedica a la investigación sobre la pornografía en una universidad estadounidense.
La novela ofrece una representación envolvente, con toques de humor y una profunda carga emocional, de estas mujeres mientras sortean las expectativas sociales que las atraviesan, especialmente en lo relativo al matrimonio y la maternidad.
¿Cómo encaja en la trayectoria literaria de Adichie?
La ficción de Adichie siempre ha dado protagonismo a las experiencias de las mujeres nigerianas.
Entre sus personajes más recordados se encuentran Kambili, la adolescente de La flor púrpura (2003), atrapada entre visiones conservadoras y progresistas del catolicismo, o la bloguera Ifemelu en Americanah (2013), quien vive varios años en Estados Unidos sin dejar nunca de pensar en Obinze, su primer amor, a quien dejó atrás en Nigeria.
Dream Count aborda algunos aspectos de la experiencia femenina de forma mucho más explícita que sus obras anteriores. Por ejemplo, trata cuestiones físicas relacionadas con el cuerpo de la mujer (desde los miomas hasta el dolor del parto). También explora con profundidad la misoginia, que se manifiesta de diferentes maneras y es ejercida tanto por hombres como por mujeres.
Pero, sobre todo, Dream Count habla de los vínculos humanos. Gran parte de la novela gira en torno a relaciones románticas, amistades entre mujeres y vínculos madre-hija.
A pesar de los desafíos de la vida, la novela sugiere que nuestros seres queridos, en ocasiones, perciben nuestras emociones mejor que nosotros mismos.
Dream Count amplía además el registro artístico de Adichie: por ejemplo, incluye escenas de consumo de drogas ambientadas en Abuya, un tema poco explorado hasta ahora en su obra.
¿Ha valido la pena la espera de 12 años?
Sin duda, sí.
Dream Count recompensa al lector atento, dispuesto a dejarse llevar por una narrativa que revela sus matices poco a poco. La novela presenta las vidas de estas mujeres una a una, revisita algunos episodios desde distintas perspectivas y construye poco a poco el puzle emocional de cada personaje.
Aunque Dream Count conserva el humor característico y la sátira afilada de Adichie, destaca sobre todo por su representación sin filtros de mujeres que se muestran, según el momento, apasionadas, vulnerables, frustrantes, resilientes y dignas.
Crece la literatura africana sobre el amor y las relaciones: ¿por qué esto es importante?
La respuesta es sencilla: el amor importa; y las historias de amor bien contadas nos ayudan a crecer.
En el contexto literario africano, libros como este tienen un valor añadido: muestran que, en los últimos años, los escritores africanos han sabido plantarle cara a la «historia única», esa representación estereotipada del continente como sinónimo de pobreza y violencia que Adichie criticó con firmeza en su célebre charla TED de 2009.
De hecho, muchas editoriales occidentales han favorecido textos de autores africanos que encajaban con prejuicios racistas sobre África. Durante años, se ha presionado a los escritores para que produjeran “pornografía de la pobreza”, reforzando clichés sobre un continente asolado por la guerra, la enfermedad y la corrupción.
En cambio, en los últimos años, la ficción africana contemporánea publicada a nivel internacional ha ofrecido miradas más ricas y complejas, abordando temas más amplios; empezando por el amor.
Sin embargo, Dream Count deja claro que los guardianes editoriales occidentales no han cedido del todo. En la novela, Chiamaka propone a un editor blanco la idea de escribir una crónica de viajes centrada en restaurantes y clubes nocturnos, pero recibe como respuesta la sugerencia de escribir un libro sobre violaciones en el Congo. La ironía está en que este episodio ocurre en una novela africana publicada comercialmente cuyo tema central es… el amor, explorado en toda su compleja intensidad.
Que esto sea motivo para el optimismo, aunque sea prudente.
Artículo redactado por Daria Tunca y publicado originalmente en inglés por The Conversation y traducido al español con la colaboración de Casa África. Traducción de Lucas Rufino Rodríguez León.
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