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Ama Ata Aidoo, pionera e icono intelectual y feminista 

Ama Ata Aidoo, pionera e icono intelectual y feminista 
Ama Ata Aidoo. Wikimedia Commons
Ama Ata Aidoo. Wikimedia Commons
angelesjurado_2016

Ángeles Jurado

Periodista, parte del equipo de comunicación de Casa África

La escritora y académica ghanesa fallece a los 81 años, tras una breve enfermedad, en su domicilio y rodeada por su familia 

El 31 de mayo nos dejaba Ama Ata Aidoo, una revolucionaria indispensable, venerada por sus discursos contundentes, obra prolífica y marca fundamental en la cultura popular, el feminismo y el territorio académico, por mencionar varios campos en los que su huella ya es imborrable. Musa y guía para autores contemporáneos, como su compatriota Nii Ayikwei Parkes, figura en el panteón literario del continente junto a Wole Soyinka o Chinua Achebe. Fue, además, una pionera que rompió barreras y abrió puertas para otras en su país y en el continente.  

Ama Ata Aidoo nació en 1942 en Abeadzi Kyiakor, un pueblo en la Región Central de Gold Coast, la colonia británica que, en 1957, reclamaría su independencia como Ghana. Falleció en la madrugada del 31 de mayo, tras una breve enfermedad y rodeada de su familia. Las redes sociales se inundaron inmediatamente con reconocimientos y condolencias, como el mensaje de la novelista zimbabuense Tsitsi Dangarembga en Twitter: “Hemos perdido un granero de sabiduría y conocimiento”. La escritora, editora y casi institución nigeriana Lola Shoneyin compartió imágenes en las que ambas mostraban su complicidad en diferentes ocasiones y comunicó su conmoción, mezclada con una satisfacción agridulce, puesto que quiso y pudo rendirle homenaje en la quinta edición del Festival Ake (que programa y dirige), en 2017

Académica 

El padre de Aidoo, Nana Yaw Fama, era miembro de una familia real y jefe del pueblo donde ella nació. Progresista en muchas cuestiones y guardián de la memoria de su pueblo, sufrió el trauma de ver cómo su padre moría torturado por los ingleses en la época en que el país era su colonia. Esta desgracia, que convirtió el colonialismo en algo tangible para su familia, influyó también en su perspectiva de la educación, que consideraba fundamental para la comunidad, al igual que conocer y comprender la historia. Abrió la primera escuela del pueblo donde vivían y animó a su hija a formarse en la Escuela Secundaria para Señoritas de Wesley, en Cape Coast, entre 1961 y 1964. Posteriormente, Aidoo se matriculó en la Universidad de Ghana, completó sus estudios de filología inglesa, y tras licenciarse viajó a Kenia, donde se encontró -entre otros- con Ngugi wa Thiong’o, autor multipremiado y eterno candidato al Nobel de literatura. Entre todas sus amistades de la época destaca Parsali Likimani, un joven bioquímico de una respetada familia keniana, con el que acabaría casándose y teniendo a su única hija, Kinna.   

En 1969, Ama Ata Aidoo regresó a Ghana para enseñar inglés en la universidad donde se formó, al tiempo que investigaba en el Instituto de Estudios Africanos. Posteriormente, trabajó como profesora en la Universidad de Cape Coast, entre 1970 y 1982, donde llegó a ser catedrática. Recibió una beca Fulbright en 1988, fue escritora residente en la Universidad de Richmond (Estados Unidos) en 1989 e impartió varios cursos de inglés en el Hamilton College de Clinton (Nueva York), a principios de la década de los 90 del siglo pasado. Incorporó nuevos conocimientos y experiencia a sus letras con una beca de escritura creativa en la Universidad de Stanford. Ejerció de profesora visitante en el Departamento de Estudios Africanos en la Universidad de Brown, también en Estados Unidos, durante siete años, hasta 2011.

@africanstream

One of Africa’s finest literary minds has sadly joined the ancestors. Ama Ata Aidoo, Ghanaian author, poet and academic passed after a short illness. She was 81. Her work foregrounded the lived experiences of African women and promoted the idea of a unique African identity. She first made her name with the play Dilemma of a Ghost, which – in 1965 – also made her the first African female dramatist to get published. It’s about a Ghanaian man who brings his Black-American wife to live with him in Africa, and the challenges and culture clash this creates. Other notable works include Our Sister Killjoy (1970), Changes: A Love Story (1991) and An Angry Letter in January and Other Poems (1992). Her repertoire earned her widespread recognition and a string of awards – including the Commonwealth Writers’ Prize and the Nelson Mandela Prize for Poetry. Aidoo was also committed to improving education for young Africans – becoming Ghana’s education minister in 1982. She resigned after a year and a half, after failing to push through universally free schooling. She was then hired by Zimbabwe to develop school curriculums. As an academic, she held posts at a number of American and Ghanaian institutions. In 2000, she set up the Mbaasem Foundation, which supports African women writers. Though she may be gone, the African giantess will be fondly remembered by many that learnt at her feet. She helped us see our own importance and reminded us of African responsibilities in ensuring our survival. We join Africans everywhere in celebrating her life by sharing this memorable video – in which she picks apart Western mistreatment of Africans, and in which her personality shines. Rest in power, Mama Aidoo. #AmaAtaAidoo #Ghana #Africa #WestAfrica #Africans #RestInPeace #Author #AfricanWriters #AfricanStories

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Literatura 

Aidoo heredó de su madre, Maame Abasema, la pasión por los relatos. Con apenas 15 años, decidió que quería ser escritora y logró su primer premio literario, con un cuento publicado en las páginas centrales de un periódico, cuatro años más tarde. La literatura de Aidoo empieza a definirse y publicarse en su época universitaria, en Ghana y en el género dramático, con el título The dilemma of a ghost. Se trata de un texto que retrata las dificultades de un estudiante ghanés que regresa a su país, su sociedad y su familia acompañado por su esposa afroamericana y del consiguiente choque cultural al colisionar ambos mundos. Longman edita la obra en 1965, convirtiéndola en la primera dramaturga africana publicada. Sus obras de teatro se han representado en Legon, Pittsburgh, Londres y la Universidad de California, en Santa Bárbara. 

Aidoo, además de ser una pionera, recibió premios, como el de la Commonwealth al mejor libro africano en 1992 por su novela Changes (obra publicada en 1991, que narra la historia de amor de una estadística que se divorcia de su primer marido después de que la viole y entra en una familia polígama) y el Premio Nelson Mandela de Poesía en 1987 por su colección Someone Talking to Sometime. Su segunda novela, Anowa (1970), entró en el listado de la Feria Internacional del Libro de Zimbabue, en 2002, como uno de los “100 mejores libros de África del siglo XX”.  

Esta prolífica autora tocó todos los palos: ensayo, cuento, literatura infantil, obras de teatro y novelas. Además, ostentó el cargo de ministra de Cultura de Ghana en 1982, siendo también la primera mujer en ocupar el puesto. Su experiencia ministerial fue breve: Aidoo renunció antes de los dos años, frustrada por no poder hacer avanzar su programa. Poco tiempo después, se mudó a Zimbabue, donde persistió en la docencia y la escritura.  

No solamente escribió e inspiró. También fundó en el año 2000 la organización Mbaasen, en la que colaboraba con su hija y que visibiliza a las autoras africanas. El Premio del Libro Aidoo-Snyder, que pone en valor las obras que retratan la experiencia de las africanas, lleva su nombre (junto al de la científica social estadounidense Margaret C. Snyder) y fue mecenas del Premio Etisalat de Literatura, creado en 2013 como plataforma para las óperas primas de ficción de autoría africana. 

Aidoo es una pieza fundamental de antologías como Sisterhood is global (1984, Robin Morgan) o Daughters of Africa (1992, Margaret Busby).  Ella misma editó la antología African Love Stories (2006) y lanzó, en 2012, Diplomatic Pounds & Other Stories, una recopilación de relatos cortos. Otras colecciones de relatos breves firmados por ella son No Sweetness Here y The girl who can, parte de la prestigiosa serie Heinemann de escritores africanos. Sus poemas se pueden encontrar bajo títulos como After The Ceremonies

Su novela breve Nuestra hermana aguafiestas, originalmente publicada en 1977, es su único texto disponible en español por el momento. Se ha editado dos veces en nuestro país en lo que llevamos de siglo: la primera, gracias a Casa África y Cyan (2014) y la segunda, a Cambalache (2018). En ambos casos, la traducción corresponde a la experta Marta Sofía López, que además lo prologa afirmando que “Aidoo revienta nuestras certezas, socava nuestra autocomplacencia, mina nuestras excusas”.   

López destaca, en un correo electrónico, la ruptura de Ama Aidoo con patrones narrativos “realistas”, algo que “ya supone en sí mismo un acto de rebeldía contra un modelo literario intrínsecamente colonial”. “Lo fundamental es que su abrazo de estrategias literarias más próximas a la oralidad permite recuperar a las mujeres africanas “independientes, fuertes y admirables celebradas en nuestras tradiciones orales,” en palabras de la crítica Obioma Nnaemeka, mujeres cuya presencia otorgaba dignidad y significado a las sociedades precoloniales y coloniales y que continúan siendo un pilar imprescindible en la realidad postcolonial del continente”, remacha. Pronto aparecerá, a título póstumo, una traducción conjunta de Maya G. Vinuesa y López de su espléndida colección de relatos Aquí no hay tregua (No Sweetness Here).   

Todos los que conocieron a Ama Ata Aidoo se refieren a su risa contagiosa, su capacidad para el afecto y el baile y su sentido del humor. Quienes quieran comprenderla mejor pueden sumergirse directamente en su obra, originalmente escrita en inglés, pero también traducida a otros idiomas. Además, pueden visionar el documental The Art of Ama Ata Aidoo, de Yaba Badoe (2014), y leer la recopilación de ensayos con motivo de sus setenta años, editada por Anne V. Adams. Chimamanda Ngozi Adichie, novelista enamorada de los personajes de Aidoo, eligió su relato corto No Sweetness Here para el podcast de The Guardian en 2012 y Burna Boy, superestrella nigeriana del afrobeats, sampleó una entrevista de Aidoo de 1987 sobre el neocolonialismo en la canción de 2020 Monsters You Made

 Feminismos 

Según una de sus discípulas y colega, la ghanesa Wunpini Fatimata Mohamed, Aidoo ha tenido un enorme impacto en el movimiento feminista de Ghana, África y otros lugares, al teorizar en sus libros las complejidades de la opresión con un lenguaje accesible. Habrá que agradecerle siempre que se empeñó en  profundizar en la complejidad de la realidad de las africanas y sus feminismos al introducir en el marco las estructuras sociales indígenas, la experiencia del colonialismo y la falta de liderazgo poscolonial.  El desgarro de sociedades que experimentan todas estas conmociones y la lucha de las mujeres por el reconocimiento y la igualdad, inseparable de la lucha contra el colonialismo, son temas recurrentes en su obra. La experiencia del exilio y la extranjería también ocupa muchas de sus páginas. “Siempre me he sentido incómoda viviendo en el extranjero: el racismo, el frío, el clima, la comida, la gente”, afirmó en una entrevista publicada por la Universidad de Alicante en el año 2003. “También sentía una especie de sentimiento patriótico de culpa. Algo así como: ¡Oh, querida! Mira todos los problemas que tenemos en casa. ¿Qué hago yo aquí?”.

Defendió que la mayoría de las sociedades africanas fueron matrilineales durante milenios, desde el período prefaraónico hasta la experiencia de una micronación como la de los akan, en Ghana. “Lo que cambió el patrón en algunas áreas fueron primero el Islam y más tarde el cristianismo, ya que ambas religiones eran profundamente patriarcales en su orientación”, sostuvo. “Las sociedades africanas que retuvieron vestigios de sus linajes matriarcales fueron también las que opusieron una mayor resistencia al Islam y el cristianismo”. Aidoo valoró, como parte del legado de ancestros feministas de las africanas, las contribuciones de incontables mujeres soldado y estrategas militares durante cinco siglos, entre las que incluyó a Tiy de Nubia, mujer de Amenhotep III, madre de Akenatón y Tutankamón y nuera de Nefertiti. Situó a reinas egipcias en su particular panteón junto a la reina Ginga, Yaa Asantewaa o los escuadrones de mujeres guerreras en entidades políticas como Dahomey.  

Sin embargo y lo que es aún más importante, Aidoo reivindicó a las africanas anónimas y las colocó en ese panteón junto a las dirigentes y líderes políticas, religiosas, económicas y sociales. Entre esas mujeres anónimas, escogió resaltar la labor de las mamás del mercado, cuya actividad se extiende desde el comercio con gemas y las altas finanzas al pequeño comercio y cuya oficina puede abrirse en cualquier lugar, desde las aceras donde montan sus quioscos a los complejos de oficinas de lujo modernas y sofisticadas. 

“La obra literaria e intelectual de Ama Ata Aidoo y su vida son para mí la quintaesencia de la defensa de los ideales feministas”, opina la académica y activista senegalesa Rama Salla Dieng, del Centro de Estudios Africanos de la Universidad de Edimburgo. “No sólo su obra literaria está llena de personajes femeninos inspiradores y multidimensionales que se encuentran en un momento crucial de sus vidas, sino que también vivió su vida profesional ateniéndose a ideales feministas. Sus personajes (desde Sissie, la descarada de Nuestra hermana Aguafiestas hasta Anowa en la obra homónima, que epitomiza los retos y posibilidades del continente africano, pasando por los personajes de su colección de relatos cortos The girl who can, en torno a la emancipación de la mujer) exhiben un rico repertorio de talento, creatividad y compromiso con la educación popular. Experimentan profundas alegrías y también difíciles tribulaciones que simbolizan muchos retos del liderazgo feminista que, sin duda, no eran desconocidos para la escritora y la mujer”. 

Ama Ata Aidoo no nos abandona. Sus personajes, su carisma y su sabiduría nos acompañan, de mil formas diferentes, para siempre.  

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