El 27 de julio de 2024 tuvo lugar un gran ataque contra las fuerzas armadas malienses y operativos de la empresa de seguridad privada rusa Wagner, renombrada como África Corps. Los combates se iniciaron dos días antes, cuando una columna de vehículos del ejército maliense y África Corps se dirigía a la zona. La intensidad de los enfrentamientos obligó al ejército argelino a desplegar efectivos en la frontera.
Los hechos ocurrieron en la región de Tinzaouaten, en la frontera con Argelia, donde el día 20 de ese mismo mes se había lanzado una ofensiva para capturar varias localidades de la zona. En la región de Tinzaouaten, las fuerzas armadas malienses entablaron intensos combates con los miembros del Cuadro Estratégico Permanente para la Defensa del Pueblo de Azawad, una coalición de grupos pertenecientes al norte de Mali. La dureza de los combates obligó a los soldados malienses y a los combatientes de Wagner a replegarse hacia Kidal, ciudad que había sido tomada en noviembre de 2023 por el gobierno. Sin embargo, durante la retirada fueron emboscados por la organización yihadista JNIM (Grupo de Apoyo al Islam y los Musulmanes, por su traducción al español).
El alcance de las pérdidas fue un enigma durante los primeros días y a mediados de agosto sigue sin estar claro, ya que cada una de las partes involucradas ha dado una versión distinta. La compañía rusa no ha proporcionado cifras de muertos, solo declaró que hubo importantes bajas, mientras que el gobierno maliense informó de dos muertos y diez heridos entre sus filas. Por su parte, el CSP-DPA anunció «decenas de muertos y heridos», que posteriormente aumentaron a 84 mercenarios y 47 soldados malienses. La organización yihadista JNIM, por su parte, anunció la muerte de 50 integrantes de Wagner y 10 soldados malienses. En respuesta a los enfrentamientos, Burkina Faso anunció su apoyo a las fuerzas militares con el despliegue de su fuerza aérea, que realizó bombardeos contra Tinzaouaten.
Una de las cuestiones que más ha llamado la atención en estos combates ha sido la existencia de numerosos vídeos difundidos en redes sociales, ya que no es común ver reportes tan exhaustivos de los combates en el norte de Mali. Estos vídeos se caracterizan por su gran dureza, mostrando a numerosos soldados tumbados en el suelo, algunos de ellos aún con vida. No debe subestimarse la importancia de la publicación de este contenido, ya que representa una gran victoria propagandística para los grupos del norte de Mali.
Las narrativas y la propaganda han jugado un papel de gran relevancia, ya que la junta militar que actualmente está en el poder justificó el primer golpe de Estado en la incapacidad del gobierno para hacer frente a la inseguridad. Al mismo tiempo, legitimó la expulsión de las misiones de seguridad occidentales y la llegada de Wagner, argumentando que las primeras no habían logrado su objetivo de garantizar la seguridad. La derrota en Tinzaouaten representa la primera derrota significativa del grupo Wagner desde que comenzó a operar en el país saheliano.
El conflicto en Tinzaouaten ha tenido una gran repercusión internacional y entrelaza conflictos separados por 4600 kilómetros. El 29 de julio, el portavoz de la agencia de inteligencia militar de Ucrania (GUR), Andriy Yusov, anunció en la emisora Suspilne que los tuareg habían recibido información que les permitió llevar a cabo sus acciones. Las conexiones entre la región del Sahel y el conflicto en Ucrania no son una novedad. La creciente influencia rusa en el continente africano está sirviendo de impulso para la guerra que libra en Ucrania, por lo que el gobierno de Kiev se ha propuesto contrarrestarla. Desde el inicio de la guerra civil sudanesa, se han reportado casos en los que la compañía Wagner ha prestado su apoyo a las Fuerzas de Apoyo Rápido a cambio de la explotación de oro, lo que les ha sido útil para el esfuerzo bélico. En septiembre de ese mismo año, se produjo una reunión entre Zelensky y el presidente del gobierno de transición sudanés, el coronel Abdel Fattah al-Burhan, cuando ya se reportaba la presencia de fuerzas ucranianas en el país.
Sin embargo, en el caso maliense, la estrategia ucraniana no ha sido bien recibida ni por el propio gobierno de transición ni por sus países vecinos. Es importante tener en cuenta que las circunstancias eran diferentes a las de Sudán; en este caso apoyaban al gobierno del país, pero en el caso maliense apoyaban a grupos que buscan la independencia del norte del país. El hecho de haber declarado abiertamente su colaboración con los grupos del norte de Mali ha supuesto cruzar una línea roja para el gobierno de Bamako. Los grupos armados del norte de Mali son considerados como terroristas por parte del gobierno de Bamako, sin hacer distinciones entre grupos tuareg o yihadistas.
Al mismo tiempo, cabe destacar la reacción de Senegal, que actualmente ocupa el puesto de mediador entre la Confederación de la Alianza de Estados del Sahel y la Comunidad Económica de Estados del África Occidental (CEDEAO). El ministro de Exteriores de Senegal llamó a consultas al embajador en el país por unas declaraciones que realizó en favor de los combates en Tinzaouaten. Durante su visita a Mali, el presidente senegalés Ousmane Sonko declaró: «Bajo nuestro régimen, este tipo de prácticas jamás podrán prosperar. Y nadie pasará por Senegal para desestabilizar a Mali o a otro país hermano, ni para imponerle sanciones de este tipo». Incluso la CEDEAO, que atraviesa un periodo de tensiones con las juntas militares del Sahel, emitió un comunicado declarando su condena a «cualquier interferencia extranjera en la región que pueda constituir una amenaza a la paz y la seguridad en África Occidental, así como a cualquier intento de arrastrar a la región a los actuales enfrentamientos geopolíticos».
Como consecuencia de las acciones ucranianas, el gobierno maliense decidió romper lazos diplomáticos con Ucrania. Dos días después, Níger anunció que tomaría las mismas acciones que el gobierno de Bamako. Esto muestra los fuertes vínculos entre las juntas militares del Sahel, que en julio dieron un paso más en el estrechamiento de sus lazos de cooperación con la creación de la Confederación de la Alianza de Estados del Sahel, que implica una mayor coordinación política, económica y militar.
En el actual contexto de competencia geopolítica, hemos podido observar cómo la cooperación con los países africanos se ha vuelto cada vez más codiciada. Esto ha supuesto ciertos beneficios para estos gobiernos, ya que les ha proporcionado un mayor número de aliados y oportunidades de negociación. Sin embargo, esta es una espada de doble filo, ya que podría darse la situación de una guerra por delegación en la que países enfrentados apoyen a uno u otro bando en un tercer conflicto con el objetivo de debilitarse mutuamente. El continente ya vivió esta estrategia durante la Guerra Fría y sus consecuencias perduran hasta el día de hoy. Por ello, los países africanos se muestran contundentes ante la injerencia extranjera para evitar convertirse en el tablero de juego de las grandes rivalidades mundiales.
Artículo redactado por Andrea Chamorro González.
Un comentario
Abomino de cualquier tipo de injerencia extranjera en mamá África. Pero siempre es preferible que sea rusa, -que al menos aporta contraprestación a los recursos obtenidos-, a que siga siendo la tradicional expoliación euro-yanqui y su implantación de títeres a sueldo para legitimar su Latrocinio.