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Senegal 2050: hacia la democratización integral

Senegal 2050: hacia la democratización integral
Monumento del renacimiento, Dakar, Senegal. Por Nick Fox para Adobe Stock
Monumento del renacimiento, Dakar, Senegal. Por Nick Fox para Adobe Stock

Los sucesivos regímenes políticos de Senegal se han reivindicado como democracias, aunque realmente estos han actuado como regímenes neopatrimoniales. El país ha sido epicentro de numerosas protestas encabezadas por la ciudadanía, en particular de las zonas urbanas, y los últimos cambios geopolíticos han puesto de relieve a quiénes ha beneficiado realmente dicho orden.

Durante las legislaturas del ahora ex-presidente Macky Sall se renovaron acuerdos internacionales que han perjudicado el negocio de la pesca artesanal principalmente, la cual constituye una economía de subsistencia para gran parte de la población, derivando en altas tasas de desempleo y presentando la movilidad hacia el exterior como imperativo/alternativa.

Tras las protestas multitudinarias en las calles, reprimidas con violencia por los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, y las interrupciones en la conexión a Internet para impedir la convocatoria de las manifestaciones y la difusión de información, se llegó al golpe de Estado anticonstitucional de febrero de 2024 que provocó el aplazamiento de las elecciones presidenciales a marzo.

El nuevo gobierno de la coalición Diomaye-Sonko se enfrenta a la tarea de reformular el concepto de democracia que hasta ahora ha antepuesto intereses privados de miembros del gobierno a la vez que ha permitido la injerencia de potencias extranjeras en detrimento de la atención a los derechos y las reivindicaciones de la sociedad civil.

En los últimos años hemos sido testigos de una reconfiguración de las relaciones de poder en África Occidental que han tenido implicaciones a nivel regional e internacional, especialmente en lo que respecta a las relaciones de Francia con el continente africano. Nos referimos, en concreto, a la conformación de la Alianza de Estados del Sahel (AES). Una alianza entre Níger, Burkina Faso y Malí que se oficializó el 16 de septiembre de 2024 tras la firma de la Carta Liptako-Gourma y que surgió con el objetivo de “establecer una arquitectura de defensa colectiva y de ayuda mutua entre las partes contratantes”[1]. Los tres países, dirigidos por juntas militares, denuncian el neocolonialismo que permea, en particular, en África Occidental.

El 28 de enero de 2024 la AES anunció que abandonaba con carácter inmediato la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO o ECOWAS por sus siglas en inglés), argumentando que la organización no responde a su principio fundador de “promover la integración económica dentro de la región” sino a los intereses de las potencias occidentales. Esta decisión ha suscitado diferentes reacciones entre las partes implicadas. Para los tres actores, la AES sería el medio para “ejercer plenamente y garantizar el respeto de la soberanía nacional e internacional”[2]. En palabras de Abdoulaye Maïga, entonces coronel y portavoz del gobierno y desde noviembre de 2024 Primer Ministro de Malí:

“Después de 49 años de existencia [de la CEDEAO], los pueblos (…) de Burkina, de Mali y de Níger lamentan con amargura y gran decepción porque su organización se ha alejado de los ideales de sus padres fundadores y del panafricanismo. Además, la CEDEAO es la influencia de potencias extranjeras que traicionan estos principios fundacionales y está despojada de una amenaza para sus Estados miembros y sus poblaciones (…) De hecho, la organización no ha brindado asistencia a nuestros estados como parte de nuestra lucha existencial contra el terrorismo y la inseguridad. Peor aún, cuando estos Estados decidieron tomar las riendas de su destino, adoptó [la CEDEAO] una postura irracional e inaceptable al imponer sanciones ilegítimas, ilegales, inhumanas e irresponsables en violación de sus propios textos, todo lo cual ha debilitado aún más a las poblaciones ya dañadas por los años de violencia impuesta por hordas terroristas, instrumentalizadas y controladas a distancia”[3].

La CEDEAO tiene su origen en el Tratado de Lagos (1975), un acuerdo firmado por quince países de la región de África Occidental con el objetivo de facilitar “una unión económica (…) que mejore las condiciones de vida de sus poblaciones, así como mantenga y favorezca la estabilidad económica, promoviendo las relaciones entre Estados miembros y contribuyendo al progreso y desarrollo del continente africano”[4]. En otras palabras, los países firmantes se comprometieron al establecimiento de un área de libre comercio que facilitase la movilidad humana y el intercambio de bienes y de mercancías procedentes de los países comunitarios[5].

Senegal, Estado miembro de la CEDEAO, también ha protagonizado importantes cambios en lo que va de año: en abril dio comienzo la legislatura de la coalición Diomaye-Sonko. Antes de su entrada al Palacio Presidencial y de su cargo como Primer Ministro, Ousmane Sonko, Doctor de Derecho Público Económico y Fiscal, ocupaba un puesto como inspector de impuestos y fundó Patriotas Africanos de Senegal por el Trabajo, la Ética y la Fraternidad (PASTEF por sus siglas en francés), un partido político que nació con el fin de que “las voces democráticas conquistaran el poder político para ponerlo al servicio del pueblo senegalés”. Por su parte, Bassirou Diomaye Faye, actual Presidente de Senegal, es licenciado en Derecho y anteriormente también trabajaba de inspector de impuestos a la vez que ejercía Secretario General del PASTEF.

La llegada al gobierno de Bassirou Diomaye Faye y Ousmane Sonko, quienes meses antes cumplían una condena bajo el régimen de Macky Sall por presunta incitación  a la insurrección social, quiere subvertir el orden de prioridades mediante el cual se rigen las políticas nacionales. Durante los dos mandatos sucesivos de Macky Sall (2012-2019 y 2019-2024) este renovó acuerdos comerciales multilaterales con la Unión Europea que permitían el acceso de compañías internacionales a las aguas senegalesas para el desarrollo de la pesca industrial. La explotación de los recursos acuícolas por parte de actores extranjeros ha perjudicado gravemente a los pescadores locales que ejercen la pesca artesanal, una actividad económica de subsistencia para muchas familias senegalesas[6].

La proximidad geográfica de Senegal a España lo convierte en un socio clave de este último, que no solamente ha buscado reforzar sus relaciones bilaterales a través de lazos comerciales sino también en materia migratoria. En agosto el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, se reunió con Bassirou Diomaye en Dakar, donde cerraron acuerdos de migración circular, un programa que consiste en la formación y contratación de trabajadores y trabajadoras en origen (Senegal) para que cubran las demandas de empleo de carácter temporal en el país de destino (España), una solución propuesta para en vistas a favorecer una migración “segura, ordenada y regular” que ha dado lugar a muchas críticas por tratarse de la instrumentalización de las personas africanas a favor del mercado español.

El programa electoral de la coalición Diomaye-Sonko identifica la independencia integral como una prioridad, basándola en los pilares de soberanía económica, científica, alimentaria, fiscal y energética. En línea con estos propósitos, el nuevo gobierno presentó a principios de noviembre “Senegal 2050: la Agenda Nacional de Transformación”. Se trata de un programa que quiere dar respuesta a los desafíos a los que se enfrenta el país para lograr un Senegal soberano, justo y próspero en los próximos veinticinco años a través de cuatro ejes vertebrales: el establecimiento de una economía competitiva a través de un marco macroeconómico estable; fomentar el desarrollo sostenible, en respeto con el medioambiente y priorizando las energías renovables; el refuerzo del capital humano y la equidad social, haciendo especial hincapié en los sectores de la población históricamente más desfavorecidos como las mujeres, la juventud y la población rural; y por último, la reforma de las instituciones para que estas estén al servicio de la ciudadanía. 

Aunque por el momento únicamente conocemos un documento de poco más de diez páginas que sintetiza la ambiciosa agenda, el Primer Ministro Ousmane Sonko ha aclarado que el plan pone en el centro a Senegal y a su población, revisando y reformulando acuerdos y relaciones con potencias extranjeras, en caso de que estas fueran asimétricas . El gobierno liderado por Diomaye y Sonko está alterando el orden político a nivel nacional y regional, pues son muchas las esperanzas puestas en que Senegal ejerza de actor intermediario entre la Alianza de Estados del Sahel y la CEDEAO para salvaguardar la integración regional. Como dijo Ousmane Sonko: “Senegal no necesita mesías ni héroes sino una masa crítica de ciudadanía consciente de sus desafíos”.


[1] Para más información véase: Charte du LIPTAKO-GOURMA instituant l’Alliance des États du Sahel entre le Burkina Faso, la République du Mali et la République du Niger .

[2] Ibid.

[3] Para más información véase: AES | Communiqué conjoint du Burkina Faso, du Mali et du Niger du 28 Janvier 2024

[4] Para más información véase: https://www.ecowas.int/about-ecowas/

[5] En lo que a las relaciones multilaterales de España se refiere, el Plan Director de la Cooperación Española para el Desarrollo Sostenible y la Solidaridad Global 2024-2027 distingue a la CEDEAO como socio de una de sus prioridades geográficas: África Occidental. La hoja de ruta pretende afianzar la alianza España-CEDEAO en distintas materias como son la seguridad alimentaria, el nexo migración-desarrollo, la igualdad de género y la promoción de energías renovables entre otros; no obstante, cabe preguntarse por la perspectiva desde la cual la política exterior española continúa mirando hacia África, ya que contextualiza el continente como un “vecino que reúne a la mayoría de los países con un Índice de Desarrollo Humano más bajo del planeta, la pobreza, el hambre, los efectos del cambio climático y la debilidad institucional constituyen elementos clave que afectan a los procesos de desarrollo sostenible del continente”.

[6] En contraste, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación del Gobierno de España reconocía que la renovación de los acuerdos pesqueros con el país africano es fundamental debido a que “La costa senegalesa es uno de los caladeros de mayor importancia para la flota española que opera en el Atlántico”. Para más información véase: https://www.mapa.gob.es/gl/prensa/220601desbloqueopescasenegal_tcm37-620353.pdf

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