La utilización de las fuentes fiables, en especial de los datos facilitados por los académicos y la Organización Internacional de las Migraciones (OIM), son indispensables para contradecir la percepción, difundida por algunas formaciones políticas y ampliadas por medios de comunicación, de que Europa sufre una migración masiva de africanos.
No existe tal éxodo de África, ni Europa es el destino de dichos migrantes, tal como sostienen estudios recientes, como el Africa Migration Report, publicado hace unos meses por la propia OIM en colaboración con la Unión Africana (UA).
En el 2020, el año en cuyos datos se basa el documento, se estima que había 40,4 millones de migrantes africanos, lo que representaba el 3% de una población estimada en 1.338 millones de personas. Pero la mitad, se había movido a otro país africano: 20,8 millones. La otra mitad, 19,7 millones, había migrado a un país no africano.
En porcentaje, el 51,6% de los africanos había escogido otro país africano para migrar, atraído por las oportunidades que se generan en algunas regiones del continente. Suráfrica, Nigeria, Camerún, Costa de Marfil, Kenia, Etiopía y Uganda son los principales receptores de trabajadores africanos, que en muchas ocasiones proceden de países vecinos o cercanos. Por tanto, las migraciones son más locales que globales. En el informe se identifican unos corredores de migración, de los cuales el más importante es el que va de Burkina Faso a Costa de Marfil, con 1,3 millones de personas, seguido del de Sudán del Sur a Uganda (1 millón de personas), de Sudán del Sur a Sudán (860.000) y de Zimbabue a Suráfrica (690.000). Reflejo del trabajo temporal, existen corredores bidireccionales, como el que va de Costa de Marfil a Burkina (560.000), porque muchos migrantes regresan a sus casas al finalizar su labor.
Por regiones, en África oriental vive el 30% de los migrantes africanos (7,6 millones), el mismo porcentaje que en África occidental. En África central el 15%, en África del sur, el 12%, y en África del norte, también el 12%
Del 48% de migrantes que ha dejado el continente, porque el restante 52% corresponde a la migración interafricana, el 27% se ha asentado en Europa, el 12% en Asia, el 8% en Norteamérica y el 1% en Oceanía. En el caso de las migraciones entre África y el resto del mundo, el informe elaborado por la OIM también identifica corredores: el más importante, el que va de Argelia a Francia (1,6 millones de personas), seguido del de Marruecos a Francia (1 millón), el de Egipto a Arabia Saudí (960.000), el de Egipto a Emiratos Árabes Unidos (899.000) y el de Marruecos a España (785.000).
En África viven 8,1 millones de refugiados
Una parte importante de los migrantes africanos son refugiados o personas en busca de asilo, como pone de relieve el informe, utilizando los datos de la Acnur, la agencia de las Naciones Unidas dedicada a los refugiados. En el año 2022, vivían en África 8,1 millones de refugiados y buscadores de asilo, lo que representa el 23% de la población mundial de personas en dicha situación (34,9 millones).
Más de la mitad de los refugiados y personas en busca de asilo africanos vivían en el año 2022 en cinco países: Uganda (1,5 millones), Sudán (1,1 millones), Etiopia (880.000), Chad (600.000) y Kenia (570.000). En la mayoría de los casos, los refugiados, que huyen de la violencia o la persecución, se asientan en los países vecinos. Así, por ejemplo, en Uganda se refugiaban principalmente personas de Sudán del Sur (57%) y del Congo (32%) y en Sudán, de Sudán del Sur (71%) y Eritrea (12%).
Sudán del Sur, independiente desde julio del 2011, es el primer generador de refugiados en África (2,3 millones de personas). El segundo, la República Democrática del Congo (1,1 millones), seguido de Sudán (920.000), Somalia (840.000) y la República Centroafricana (760.000). A nivel mundial, los refugiados y buscadores de asilo sursudaneses son los cuartos, en número de personas, tras los sirios, afganos y ucranianos.
¿Dónde se refugian los africanos que dejan su país en conflicto? Pues la mayoría (el 86%) lo hace en África. A Europa llega el 9,6%, a América el 2,7% y a Asia el 1,7% Unas estadísticas elaboradas por la Acnur que también contradicen el discurso que incide en una llegada masiva a Europa de africanos en busca de refugio y asilo.
La migración regular a Europa, mayoritaria
En otro documento recomendable, Africa and Europe, fruto de unas sesiones organizadas antes de la cumbre entre la Unión Europa y África de febrero de 2022, la Fundación Mo Ibrahim y la Africa Europe Foundation, se incide en que África no es “continente de éxodo masivo”, una afirmación que reflejan los datos de la propia OIM. El texto también desmiente que la mayoría de los africanos llegue a Europa por vía irregular, tal como afirman algunas formaciones en sus discursos. Al contrario, de acuerdo con Frontex, la Agencia Europea de la Guardia de Fronteras y Costas, en el año 2019 se registró la entrada, por vía irregular, de 40.000 personas procedentes de África. Una cantidad que representa menos del 10% de las migraciones regulares desde el continente africano al europeo de aquel año. En otro dato, en este caso de un periodo anterior, del 2011 al 2016, la OIM estima que el 80% de los migrantes procedentes del África occidental y del norte llegaron a Europa con su documentación en regla.
En la migración irregular, se corre un gran peligro: se estima que unas 40.000 personas han muerto
desde el año 2014, la mayoría en el Mediterráneo. En el año 2023, murieron unas 4.300, según datos de la OIM, que tiene en cuenta también las muertes que se registran en otras vías que no son la del mar Mediterráneo. Así, en la travesía hacia las Canarias, a través del océano Atlántico, también mueren centenares de personas.
En la ruta sahariana, utilizada para alcanzar las costas mediterráneas, los migrantes se enfrentan a las exigencias y violencia de los traficantes y la dureza del desierto. Una vez llegados a Túnez y Libia, son tratados despectivamente, cuando no maltratados por las autoridades.
Los peligros de la ruta hacia los países del Golfo
En otra ruta migratoria, la del Cuerno de África hacia los países del Golfo, los migrantes sufren también la violencia de las mafias que se dedican al tráfico de personas y, a veces, de las fuerzas de seguridad. Dicha ruta es utilizada principalmente por eritreos, etíopes y somalíes, que intentan llegar a Arabia Saudí pasando por Yibuti y Yemen. En el año 2023, según la OIM, entraron en Yibuti 93.500 migrantes, el 26% más que el año anterior. En el informe African Migration Trends to Watch in 2024, del Africa Center for Strategic Studies, la autora, Wendy Williams, que califica dicha ruta como uno de los corredores migratorios más peligrosos del mundo, recuerda la muerte de centenares de personas entre marzo de 2022 y junio de 2023 a manos de las fuerzas policiales saudíes en la frontera con Yemen.
En cuanto a la ruta del sur, que recibe menos atención por parte de los medios de comunicación occidentales, es utilizada por migrantes etíopes y somalíes para llegar a Suráfrica a través de Kenia y Tanzania. La organización Humanitarian Action estima que en el año 2023 se movieron por dicha ruta 64.525 personas, que se enfrentaron a la violencia de los traficantes de personas. Se han documentado casos de violencia sexual y física contra los migrantes.